•   
XIIedicionKS

  •   

15 Desafios globales para las próximas décadas (Reseña del Informe Milenio)

Jerome C. Glenn es cofundador y director del Proyecto del Milenio, un grupo de reflexión sobre la investigación de los futuros globales. Ha sido coautor de su informe anual sobre el Estado del Futuro durante los últimos dieciséis años y, entre 1988 y 2007, fue representante de la Universidad de las Naciones Unidas en Washington D.C., en calidad de director ejecutivo del Consejo Americano de la ONU.

"Considerando el gran número de malas decisiones adoptadas y de buenas decisiones no tomadas –día tras día y año tras año en todo el mundo– sorprende que estemos progresando tanto. Hace cincuenta años se defendía que la erradicación de la pobreza era una fantasía idealista y una pérdida de dinero; sin embargo, la pobreza extrema ha disminuido en el mundo desde el 52 % que representaba en 1981 hasta cerca del 20 % de 2010".

Hace veinticinco años se pensaba que la civilización terminaría con una guerra termonuclear entre la Unión Soviética y Estados Unidos; hoy pensamos que todo el mundo debería tener acceso al conocimiento del mundo a través de internet, independientemente de los ingresos, la nacionalidad o la ideología de cada uno. ¡Qué cambio tan extraordinario! Tan solo en una generación.

Pero todos sabemos que el futuro no va a ser necesariamente un camino fácil. Si continúan las tendencias actuales de crecimiento de la población, agotamiento de recursos, cambio climático, terrorismo, delincuencia organizada y enfermedades, y convergen en los próximos cincuenta o cien años, es fácil imaginar un mundo continuamente inestable con resultados catastróficos. Al mismo tiempo, si continúan las tendencias actuales de organización a través de las redes del futuro, la cooperación transnacional, la ciencia de los materiales, la impresión en 3D, las energías alternativas, la ciencia cognitiva, el diálogo interreligioso, la biología sintética y la nanotecnología y convergen en los próximos cincuenta o cien años, es fácil imaginar un mundo que funcione para todos.

Un panel de expertos internacional analizó más de 100 indicadores de progreso o retroceso. Se identificaron un total de 180 avances dentro de 213 acciones que iban a mejorar la situación de la humanidad, que presento a continuación con éstos 15 Desafíos Globales para las próximas décadas:

1. ¿Cómo podemos lograr el desarrollo sostenible para todos a la vez que combatimos el cambio climático del planeta?

2. ¿Cómo hacer que todo el mundo tenga suficiente agua potable sin conflicto?

3. ¿Cómo equilibrar el crecimiento de la población y los recursos?

4. ¿Cómo puede emerger una democracia auténtica de los regímenes autoritarios?

5. ¿Cómo adoptar políticas más sensibles a las perspectivas mundiales a largo plazo?

6. ¿Cómo hacer que todo el mundo se beneficie de la convergencia global de las TIC?

7. ¿Cómo favorecer economías de mercado éticas que ayuden a reducir la brecha entre ricos y pobres?

8. ¿Cómo reducir la aparición o la reaparición de nuevas enfermedades y microorganismos patógenos?

9. ¿Cómo mejorar la capacidad de decisión a medida que cambian la naturaleza del trabajo y las instituciones?

10. ¿Cómo pueden los valores compartidos y las nuevas estrategias de seguridad reducir los conflictos éticos, el terrorismo y el uso de armas de destrucción masiva?

11. ¿Cómo puede el nuevo estatus de las mujeres ayudar a cambiar la situación de la humanidad?

12. ¿Cómo evitar que las redes de delincuencia organizada internacionales se conviertan en poderosas y sofisticadas empresas globales?

13. ¿Cómo satisfacer las cada vez mayores demandas de energía de forma segura y eficiente?

14. ¿Cómo acelerar los avances científicos y tecnológicos para mejorar la situación de la humanidad?

15. ¿Cómo incorporar las consideraciones éticas como una rutina en nuestras decisiones globales?

Se trata de desafíos transnacionales en su naturaleza y transinstitucionales en su solución. No pueden ser abordados por un gobierno o institución por su cuenta. Requieren una acción colaborativa entre gobiernos, organizaciones institucionales, corporaciones, universidades, ONGs e individuos creativos. Si no nos centramos seriamente en el crecimiento ecológico, la reducción de las reservas subterráneas de agua, el aumento de los precios de los alimentos, el agua y la energía, el incremento de la población, el agotamiento de los recursos, el cambio climático, el terrorismo y los patrones cambiantes de la enfermedad, con toda seguridad experimentaremos resultados catastróficos en todo el mundo, que forzarán la emigración en las próximas décadas y crearán un mundo mucho más inestable. Para evitar todo esto van a cobrar relevancia áreas como la fabricación nano técnica ecológica, la biología sintética en el ámbito de la medicina y la energía, los métodos para aumentar la inteligencia humana, la adaptación de centrales energéticas para producir materiales de construcción y edificios que produzcan energía, el traspaso de la agricultura de zonas de agua dulce a agua salada en regiones costeras del globo, los vehículos eléctricos, la producción de carne sin hormonas y la utilización de los principios de ecología de los sistemas urbanos para hacer que las ciudades se conviertan en tecnologías conscientes.

Puede que el mundo tenga que dejar de estar gobernado por un mosaico de políticas gubernamentales nacionales, a veces en conflicto, y pasar a estar gobernado cada vez más por políticas globales que se respalden unas a otras, implantadas a nivel nacional y local.

Aunque muchas personas critiquen el impacto cultural que pueda tener la globalización, cada vez es más evidente la necesidad de un cambio cultural para abordar los Desafíos Globales. El desarrollo de una democracia auténtica, la prevención de la transmisión del SIDA, el desarrollo sostenible, el fin de la discriminación contra las mujeres y el fin de la violencia étnica son algunos ejemplos de desafíos que requieren un cambio cultural y abordaje transnacional.

Muchas personas ven el mundo como un juego de suma cero rígido, donde alguien gana y otro pierde. Otros lo ven como algo en expansión, que crece gracias a las nuevas eficiencias e innovaciones, "una marea que crece y hace crecer a todos los barcos". Y unos pocos ven el mundo como algo que crece exponencialmente –con internet redistribuyendo los medios de producción en la economía del conocimiento, reduciendo los antiguos controles jerárquicos en la política, la economía y las finanzas–. Esperan un mundo de posibilidades ilimitadas y piensan que el análisis sinérgico creará un mundo mejor que las decisiones basadas únicamente en un análisis competitivo. Combatir la mentalidad "yo primero, beneficios a corto plazo" puede ser fundamental para conseguir que el mundo considere estrategias a largo plazo.

El crecimiento económico y la innovación tecnológica han posibilitado mejores condiciones de vida que nunca para más de la mitad de la población mundial pero, a menos que nuestros comportamientos financieros, económicos, medioambientales y sociales mejoren junto a nuestras tecnologías industriales, el futuro del mundo a largo plazo está en peligro. El mundo necesita un plan estratégico que a la larga mejore la situación de la humanidad.

Nuestra inteligencia, valor diferencial respecto al resto de seres vivos, nos puede ayudar a resolver los desafíos globales, construir un futuro mejor para las próximas generaciones, además de preservar la biodiversidad en nuestro planeta. Para ello, tenemos que dejar de pensar de manera egoísta y cortoplacista, para pensar en el bien común y con visión de plazo largo.

Adjunto
0.0/5 rating (0 votes)

Leave a comment

You are commenting as guest.