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Con los perdedores del mejor de los mundos (Reseña del libro de Günter Wallraff)

En “Con los perdedores del mejor de los mundos”, la tercera de sus obras que ha sido traducida al castellano (las tres, en Anagrama), Günter Wallraff vuelve a no dejar títere con cabeza. Con el significativo subtítulo de “Expediciones al interior de Alemania”, el periodista alemán muestra lo que les sucede, y sobre todo cómo son tratados, los perdedores de la crisis, los que no tienen más remedio que estar “abajo del todo”, el creciente número de trabajadores que cobra un salario indignamente bajo. También la verdadera situación de los trabajadores que sufren las condiciones de las subcontratas, tan frecuentes y tan olvidadas.

Wallraff, Günter: "Con los perdedores del mejor de los mundos. Expediciones al interior de Alemania". Traducción de Daniel Najmías. Anagrama. Barcelona. 2010. 352 páginas.

Vuelve el periodista indeseable. ¿Qué hace un libro sobre periodismo en un lugar dedicado a la gestión empresarial, al management? La pregunta tiene su lógica. Y hasta puede generarse una cierta alarma en el lector cuando comprueba que este comentario se refiere a la obra de un periodista tan polémico como el alemán Günter Wallraff, famoso por infiltrarse en las empresas y en otros ámbitos de la sociedad de su país para denunciar sus irregularidades. Lo hizo en su obra más famosa, "El periodista indeseable", en la redacción del Bild, el sensacionalista diario alemán, el de mayor tirada del país, para mostrar (y demostrar) su total carencia de escrúpulos, entre otras muchas actuaciones que suscitaron (y siguen suscitando) una enorme polémica.

Pese a ello, Wallraff volvió a hacer gala de ese peculiar periodismo de investigación en "Cabeza de turco", para sacar a la luz pública las miserables condiciones de los trabajadores extranjeros (especialmente de los turcos, de ahí el acierto de la traducción española) en Alemania.

Las compañías de marketing telefónico son un ejemplo de ese periodismo de denuncia, que muestra las malas artes vendedoras de esas empresas. Experiencias parecidas a las que se narran en esta obra de Wallraff hemos sufrido (y sufrimos prácticamente todos los días) en España. Pero es que, además de ignorar cualquier principio ético en la venta por teléfono, esas empresas destacan también por explotar a sus trabajadores, como se refleja en el trabajo de Günter Wallraff.

Pero hay más ejemplos: una empresa suministradora de pan para Lidl, Starbucks, un restaurante de lujo, la empresa estatal de ferrocarriles Deutsche Bahn, los bufetes de abogados especializados en aligerar plantillas. Y también los ayuntamientos que dejan en la calle a los indigentes incluso en noches con 15 grados bajo cero de temperatura. Sin olvidar a los ciudadanos alemanes que afirman no son racistas pero se niegan a alquilar un piso o realizar una visita turística a un negro (en realidad, el germánico Günter Wallraff).

Además de por su valor literario y de denuncia de los excesos de una sociedad desarrollada, obras como las de Günter Wallraff son recomendables siempre. Aunque sólo sea para poder entender la forma de trabajar de algunos periodistas, para conocer cómo se obtienen determinadas informaciones, cómo se logran esos reportajes de investigación que luego llegan a las primeras páginas de los periódicos, las revistas o los programas de televisión, en algunos casos con indudable éxito de audiencia y notable repercusión. Sólo por esa razón es necesario conocer los trabajos de Günter Wallraff, que han influido mucho en otros periodistas y en medios de comunicación y que son el mejor exponente de un determinado estilo de periodismo de investigación.

Resulta que esta obra es también una llamada de atención sobre cómo se están (cómo estamos) gestionando las empresas. Es un aldabonazo a nuestra conciencia como empresarios, como gestores de personas. Si sólo nos importa la cuenta de resultados, obviando que las decisiones afectan a las personas y tienen consecuencias sobre otros.

Posiblemente sea injusto generalizar, pero conviene reflexionar sobre las palabras de Wallraff en "Con los perdedores del mejor de los mundos": "De la mano de la nueva desprotección llega la desvergüenza con la que se enriquecen los altos directivos y determinada especie de ex cargos políticos, una clase a la que sólo le interesa su propio bienestar, la mejor colocación posible, los ingresos de capital y dinero y los privilegios fiscales".

"En los últimos años hemos vivido muchos retrocesos: la injusticia ha aumentado y las condiciones de vida no se han vuelto más humanas, sino todo lo contrario", señala Wallraff en el epílogo de "Con los perdedores del mejor de los mundos".

También esta obra es un canto a los valores de la solidaridad, del compañerismo, que son siempre los primeros en pagar la factura en caso de crisis. Y de la necesidad de la reflexión crítica, porque siempre hay una alternativa a la realidad que nos rodea. Que para cambiarla, hay que luchar, comprometerse, no sólo criticar.

Entre tantas denuncias, algunas de ellas auténticamente escalofriantes, que muestran el verdadero precio que están pagando algunos en esta crisis y en este modelo de sociedad occidental que hemos construido entre todos, queda el mensaje de optimismo, aunque sea matizado: "De ahí que en mis viajes por el interior de Alemania siempre me diera ánimos la posibilidad de conocer a personas que no han perdido la esperanza de un mundo mejor ni el valor de luchar por hacerlo realidad".

Adjunto
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