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Exposición bancaria en la zona Euro (Informe)

Los recientes informes publicados en el mes de junio y julio por el Bank for International Settlements (BIS) nos muestran el grado de exposición externa de la banca detallado por países. Nos centraremos en el informe de junio ya que en éste se puede observar los datos finales para el último trimestre de 2010 que son comparables con los datos del PIB. Por otra parte, a primera vista los datos de julio que abordan preliminarmente los del primer trimestre de 2011 no ofrecen cambios significativos frente al último trimestre de 2010. Metodológicamente, como en dicho informe se emplea al dólar americano como unidad de cuenta, utilizaremos dicha base para expresarlo en nuestro artículo.

Por el momento, las dudas más preocupantes sobre el futuro próximo, tanto por el mercado como agencias de calificación, se han dirigido hacia economías relativamente pequeñas de la zona Euro: Grecia, Portugal e Irlanda. Estamos hablando de economías con un PIB relativamente pequeño: 318 mil millones de dólares en el caso de Grecia en 2010, Portugal alcanzó los 272 mil millones de dólares en 2010 e Irlanda los 178 mil millones de dólares el pasado año. Estas cifras contrastan claramente con los 1,5 billones aproximados del PIB español, los 2 billones de Italia y Francia, y los 3 billones de dólares del PIB de Alemania en 2010.

Como las consideraciones principales se han orientado al aspecto fiscal debemos tener en cuenta que la deuda pública de estas tres economías representa tan sólo un 8% del total de la deuda pública de la zona Euro. Si tomamos sólo la deuda pública de España, ésta representa un 9% del total de la deuda pública de la zona y en el caso de Italia esta cifra alcanza el 23% del total.

En cuanto a la exposición bancaria debemos tener en cuenta que los bancos europeos poseen una exposición externa de 18 billones de dólares y la mitad de dicha exposición es con países de la zona Euro.

Concretamente en el caso de Grecia, los bancos franceses son los principales acreedores alcanzando cerca de 60 mil millones de dólares a finales de 2010, pero los bancos alemanes tienen un mayor grado de exposición a la deuda pública de dicho país, superando los 20 mil millones de dólares, aunque su deuda total con otros sectores del país apenas supera los 30 mil millones de dólares. El tercer acreedor externo bancario es el británico, pero apenas supera los 12 mil millones de dólares.

La situación griega es verdaderamente grave con una deuda pública que alcanzó el 157% del producto el pasado año y un mercado prácticamente cerrado para refinanciar dicha deuda. En este sentido, es altamente probable que se lleve a cabo un programa de reestructuración voluntaria de dicha deuda tal y como se llevó a cabo en varias economías emergentes a finales de los años 80’ y principios de los 90´ con el conocido plan Brady. En este caso la propuesta proviene del Institute of International Finance (IIF) con el respaldo del FMI y varias instituciones financieras de primer nivel. La idea es colateralizar la deuda con instrumentos triple A y alargar los plazos a 15 y 30 años, con bonos a la par y descuento. El plan se lanza por un importe inicial de 54.000 millones de dólares pero se espera alcance hasta los 135.000 millones de dólares para los vencimientos hasta 2020.
 
En cuanto a Irlanda, los bancos británicos serían los más afectados, con deudas que superan los 130.000 millones de dólares, y le seguirían los bancos alemanes con una exposición cercana a los 120.000 millones de dólares. Lo llamativo en el caso irlandés es el nivel excesivo de deuda bancaria respecto a su PIB (360%) donde el grueso de dicha deuda ha sido contraído por el sector privado. La banca norteamericana supera incluso a la francesa con una acreencia sobre el país que supera los 50.000 millones de dólares.

En el caso de Portugal, los bancos españoles son los que presentan un mayor grado de exposición superando los 80.000 millones de dólares; no obstante, si tomamos la financiación al sector público y a bancos portugueses, el grado de exposición es similar en el caso de la banca española, francesa y alemana.

Las economías mencionadas con anterioridad son economías relativamente pequeñas, otro cantar es cuando consideramos economías de una mayor dimensión como lo son la española y la italiana.
 
Si bien la deuda pública en el caso de España no llega al 75% del PIB no debemos olvidar que su endeudamiento externo – principalmente empresas no pertenecientes al sector financiero– alcanzaba el 164% del PIB en el año 2010, 160% si se excluye la deuda del Banco de España.  Aquí los bancos alemanes son los principales acreedores alcanzando los 180.000 millones de dólares, seguido por los bancos franceses 140.000 millones de dólares y los bancos británicos que superan los 100.000 millones de dólares.

La situación de Italia en cuanto a su nivel de endeudamiento público no es menos dramática, con cifras que alcanzaron a finales del año pasado el 130% del PIB. La más expuesta al país, incluyendo deuda pública pero sobretodo privada, es la banca francesa la cual supera los 390.000 millones de dólares, lo que representa cerca de un 18% de lo que produce en un año dicho país, y le sigue la banca alemana con unos 162.000 millones de dólares, aproximadamente un 5% del PIB alemán.

La visión global de las cifras y el grado de interrelación bancaria nos muestran una cara importante del problema para el sistema financiero mundial. Por el momento, el programa de reestructuración de la deuda es sólo para Grecia y a pesar de ello los mercados no han considerado creíble la quita de un 20% para una sostenibilidad financiera del proyecto a medio y largo plazo. Además se sigue pensando como problemático el desarrollo de un plan Brady para un país donde una parte considerable de sus dificultades futuras dependen de su nivel de competitividad, estando aún dicha economía atada a la moneda común. El problema de solvencia cobra aún mayor relevancia si se suman otras economías del área a la situación Griega. Imaginemos que le siguen Portugal, Irlanda, Italia y España. Sin duda sería un golpe muy superior a la experimentada por la caída de Lehman Brother para la estabilidad del sistema mundial, que pondría en jaque la misma supervivencia del euro.

 

Adjunto
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