Pedro Cervera (Jefe de Proyectos Desarrollo Organizativo Ibercaja)
Las empresas española deberán tener clara vocación de servicio global....
(1) España, año 2019: enumera qué tres problemas (económicos, sociales ó políticos) como país y por orden de importancia, deberíamos tener resueltos antes de ese año.
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Económico: dependencia energética. Debemos asegurar el suministro energético con acuerdos a largo plazo con potencias energéticas con las que deberíamos mantener una relación estable (aspecto geopolítico).
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Sociales: gestión eficiente del colectivo emigrante. A 2019 llegaremos con una importante experiencia, que auguro traumática, de gestión del colectivo con altas tasa de conflictividad social derivadas del ajuste productivo de los años anteriores 06-11 y las segunda generaciones. Del mismo modo lapuesta a prueba de los servicios sociales (sanidad, pensiones) aumentará dicha conflictividad tanto de forma activa como pasiva.
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Políticos: la quiebra del modelo autnómico, que ha devenido en aumento de burocracia, deterioro de visión nacional en políticas que la reclaman, y multiplicación del gasto. Para el 2019 más de 3 autonomías no serán viables como tales.
(2) España, año 2019: enumera qué tres características (principios, herramientas de gestión, objetivos) deberían tener las empresas españolas ese año para ser reconocidas como empresas modelo, creadoras de valor económico y social.
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La empresas española deberán tener clara vocación de servicio global, dado el tamaño del mercado nacional, y deberán estar enfocadas a una creación de valor para la empresa no para el empresario. La inversión (activos, i+d, capitalización) en la propia empresa denota un verdadero estilo empresarial y no , como es más habitual, estilo de desempeño de actividad centrado en generar riqueza a corto plazo para el accionista (como extremo de esa actitud, típica de la clase empresarial de los 90, la creación de empresa para la venta).
(3) España, hoy: enumera qué tres recomendaciones concretas nos darías hoy, para que cada uno, desde nuestra responsabilidad, trabajásemos de forma coordinada para conseguir los objetivos anteriores.
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Tanto como persona como empresario o directivo, creo que debemos retomar la idea de I. Kant del imperativo categórico y buscar pautas de actuación que puedan ser observadas como pautas correctas a nivel universal. Quizás, de forma menos exigente y muy en la línea de individualismo ibérico, podríamos rebajar la exigencia a la visión de B.Mandeville en su fábula de la abejas.