El Pájaro Amarillo en Oyambre (Reseña de libro)
Carmen Cabezón. Ilustraciones Laura Súa. Editorial Creática. El 14 de junio de 1929 a las 20.40, justo coincidiendo con una bellísima puesta de sol, aterriza en la playa de Oyambre, cerca de Comillas, un avión pintado de amarillo tripulado por tres aviadores franceses, una cría de cocodrilo y un polizón. El Pájaro Amarillo había culminado su gesta: el primer vuelo francés y por lo tanto europeo en cruzar el Atlántico norte. Sin embargo la historia de esta expedición es singular también por otras...
En efecto, el vuelo del Pájaro Amarillo es el primer vuelo europeo sin escalas que conecta las dos orillas del Atlántico norte. Es también el primero que transporta un polizón, y por tanto el primer vuelo con pasaje de la historia. Es el primero que conecta EEUU con la península ibérica, y por ser innovador, es el primero que transporta un animal, la cría de cocodrilo.
Es también una historia de valores y emprendimiento, de perseverancia y visión y por tanto digna de ser reseñada en este foro. El paralelismo con la aventura empresarial, su fácil y agradable lectura y los valores ensalzados en el libro lo convierten en una lectura muy apropiada para directivos y emprendedores.
Como dice la autora en su introducción, la Historia con mayúsculas, la oficial, recoge hechos singulares que marcan el devenir de los países y las poblaciones, pero muchas veces se olvida de las historias pequeñas de los individuos y cómo estos se elevan para producir gestas que marcan la vida de otros y ayudan al avance del mundo. Por alguna razón, la historia del Pájaro Amarillo, de Lotti y sus compañeros no ha cuajado en la memoria colectiva, no se ha incorporado al imaginario popular como lo que fue, una gran gesta aérea en una época en la que volar era más arriesgado que viajar al espacio hoy en día.
En esta historia tenemos a un emprendedor (al que podemos calificar como el emprendedor empresarial) que financia y promueve la aventura, proporciona el liderazgo necesario, selecciona al equipo y toma las decisiones más duras, un visionario al que se le mete entre ceja y ceja ser el primer francés en cruzar el Atlántico norte y empeña su fortuna y su vida en la misión.
Tenemos a sus socios en la aventura, los dos aviadores, los emprendedores tecnológicos, que se apuntan a la aventura aportando como capital su experiencia y conocimiento. Sin ellos el emprendedor empresarial no hubiera podido llevar adelante el proyecto. Se involucran y arriesgan su prestigio profesional con la esperanza no tanto de ganar dinero como de demostrar su valor y su destreza en el dominio de la tecnología aérea, de progresar en el estado del arte, de hacer avanzar el conocimiento y las fronteras de la aeronáutica.
Y tenemos a otros "socios" que aportan su apoyo incondicional, su ilusión, su trabajo, sus recursos o su apoyo político para el éxito del proyecto, aún sin participar directamente en la aventura, incluyendo los patrocinadores o los familiares de los pilotos. De esta manera, como en cualquier proyecto empresarial de riesgo tenemos las cuatro F´s (Founders, Family, Friends and Fools) con las que, como no podía ser de otra forma, arranca el proyecto.
Como en todo proyecto emprendedor y de riesgo que entra en terreno desconocido, tenemos los fallos iniciales, los fracasos, debido algunas veces a la falta de planificación, de experiencia, o a la escasez de recursos. Tenemos también la crítica y el escepticismo de los que observan desde la barrera, frente a los que Lotti y los suyos oponen una fe ciega en su proyecto y una ilusión inquebrantable.
La aventura se enfrenta a retos tecnológicos, a retos financieros, de planificación y a otros imprevistos e imprevisibles como son el entorno político cambiante que llega hasta prohibir los intentos de cruzar el Atlántico en avión por el alto coste en vidas humanas que suponía. Ante estas dificultades, el equipo de emprendedores demuestra una gran habilidad en adaptarse, en buscar soluciones, a veces de prueba y error, tomando decisiones tácticas que les permiten sortearlos.
Al final y nunca mejor dicho, contra viento y marea, consiguen llevar su avión a la playa de Old Orchard en Maine desde donde despegan. Y es entonces cuando ya están en el aire, como si no tuvieran suficientes dificultades con mantener el avión en vuelo y sortear el clima adverso, cuando se tienen que enfrentar a lo más inesperado, lo más inverosímil, cuando descubren al pasajero clandestino, que ignorante de los riesgos a los que somete al proyecto (al añadir un peso con el que no se había contado en el cálculo de las distancias y el combustible), se ha introducido en el avión y está a punto de hacer fracasar el proyecto.
Este factor, la aparición del polizón y su efecto en el consumo de combustible, es el que al final les lleva a buscar tierra lo antes posible y entrar en Europa por Finisterre, aterrizando al final en Comillas, convirtiendo al Pájaro Amarillo en el primer avión que conectó sin escalas EEUU y España.
La historia, y así lo recoge y destaca la autora, ensalza algunos valores, que si bien son universales, son esenciales en toda aventura empresarial como son:
• La fe y visión del emprendedor, que aporta trascendencia más allá de los objetivos económicos
• La valentía y el arrojo de los partícipes en el proyecto para asumir riesgos personales
• El tesón y la perseverancia en el esfuerzo a pesar de los fracasos en las primeras tentativas
• La habilidad para adaptarse y tomar decisiones sobre la marcha con información limitada
• La fe en la tecnología y los medios utilizados
También describe episodios y situaciones en las que se puede ver reflejada la experiencia de empresarios y emprendedores, como la dificultad para ser profeta en su tierra (los aviadores franceses se ven abocados a volar su avión con matrícula provisional americana). O el papel de la Administración; el Gobierno francés no sólo no apoya el proyecto sino que le pone todas las trabas posibles, más preocupado por la opinión pública que por apoyar el avance tecnológico. Aunque por supuesto son los primeros en hacerse la foto cuando la empresa tiene éxito.
El papel de Cantabria en esta historia es casual ya que no estaba en los planes iniciales el aterrizaje en la playa de Oyambre. Sin embargo alegra ver y comprobar la extraordinaria reacción de apoyo popular y simpatía que recibieron los aviadores por parte de la población de Comillas, proporcionándoles alojamiento y atenciones durante el tiempo que estuvieron allí, y que luego se vio refrendado por la actuación de las autoridades aeronáuticas españolas de la época, que prestaron su apoyo logístico para que el Pájaro Amarillo pudiera seguir su viaje a Paris. Como recuerdo de la gesta y la parada forzosa en la hermosa playa de Oyambre hay allí aún hoy en día un monolito que conmemora la gesta.
La historia que recoge Carmen Cabezón está perfectamente documentada en los libros y escritos de protagonistas de la época y el libro incluye algunas fotos que ayudan a situar el proyecto en su época y visualizar el riesgo y las dificultades a las que los aviadores tuvieron que hacer frente.
En síntesis, la historia del Pájaro Amarillo merece la pena ser recordada y extraída del pasado y este libro, muy bien escrito y presentado, le hace justicia. El libro además tiene esa doble lectura al describir los retos y dificultades de la aventura empresarial del emprendedor, así como sus valores.
Adjunto