•   
XIIIedicionKS

  •   

Crisis: el nudo Gordiano (Artículo)

Queda lejos la fábula que relata el desafío que planteó el campesino Gordias al gran Alejandro en su camino a la conquista de la lejana Persia allá por al año 333 antes de Cristo; queda lejos también el “tanto monta” que hace referencia a la leyenda anterior y que, curiosamente, formó parte del inicial escudo de España en 1492 representando a Fernando, Rey de Aragón. Pasan los años y, mira por donde, con elecciones múltiples a la vista necesitamos a nuevos “alejandros” y “fernandos” que se enfre...

Queda lejos la fábula que relata el desafío que planteó el campesino Gordias al gran Alejandro en su camino a la conquista de la lejana Persia allá por al año 333 antes de Cristo; queda lejos también el "tanto monta" que hace referencia a la leyenda anterior y que, curiosamente, formó parte del inicial escudo de España en 1492 representando a Fernando, Rey de Aragón. Pasan los años y, mira por donde, con elecciones múltiples a la vista necesitamos a nuevos "alejandros" y "fernandos" que se enfrenten al terrible dilema de deshacer –o cortar- el nudo gordiano que atenaza la situación socioeconómica española a principios del siglo XXI.

Casi a cuatro años vista de que comenzara a atisbarse la crisis, día sí, día también, puedes leer artículos desde todas las latitudes del Planeta que hablan de la dificultad de encontrar una salida a semejante reto. Eso sí, por fin comienza a ser una mayoría de los analistas y estudiosos los que diferencian esta crisis de las anteriores, sobre todo la del 29, que fue punto recurrente a la hora de las comparaciones y, lo que es peor, de las soluciones.

En este capítulo las ha habido para todos los gustos, pero siempre centradas en el entorno de los seguidores o críticos al keynesianismo, la teoría que dejó en suertes al concepto Estado de Bienestar que terminó aflorando después de la II Guerra Mundial en Europa, entre otras cosas para contentar a la llamada socialdemocracia, herederos parciales de la doctrina marxista, reducida ésta a la mayor intervención del Estado en la economía, alejándoles de la intensa presión generada desde la Unión Soviética con su régimen totalitario y que todos sabemos cómo acabó hace 21 años. Un buen ejemplo de adonde lleva la falta de libertad y la corrupción en el terreno económico y social.

Pero volvamos al presente. La inquietud es creciente. No sé si será por efecto de ésta época de súper comunicación global y al minuto en que vivimos, o por el verdadero tamaño de la crisis y la escasez de soluciones viables. Desde luego en España, y yo creo que en el mundo, no se había vivido una situación tal que nos hace ver la profunda crisis los días pares y la recuperación los impares, o viceversa.

Leo que en Estados Unidos empiezan a temblar con la retirada de la vida profesional de la generación de su baby-boom, la comprendida entre 1946 y 1960, la incomprensible incapacidad para generar empleo de forma continuada y la también incomprensible capacidad de generar gasto y aumento del consumo de forma sostenida. Releía cómo también algunos hace lustro aventuraban una situación sin salida por culpa del colapso energético.

En esta línea se manifestaba recientemente un hombre que vive la ciencia y la tecnología de forma cercana cuando manifestaba su convencimiento de que no habrá política económica que aporte soluciones si no hay un freno al dislate diario al que asistimos y los políticos, no solo españoles, reconozcan que no pueden gobernar con la vista en los votos de pasado mañana. "Hay que hacer una transición y preparar a la sociedad para enfrentarse a un largo periodo en el que habrá que trabajar duro para enfrentarnos a este nudo gordiano que tenemos delante".

En esta línea apuntaba, y no es el único, que se ha acabado el "estado del bienestar" porque, en contra de lo que algunos piensan no es en el tema fiscal donde se encuentra la solución a la debacle financiera. Me preguntaba hace un año, cuando me estrené en las colaboraciones para Know Square, ¿qué hacer?, siguiendo el dilema que se planteaba Lenin a la hora de ordenar las corrientes políticas con origen marxista que nacían y se desarrollaron en los comienzos del siglo XX a lo largo y ancho de toda Europa.

Por lo que se refiere a España, ha pasado un año y la sensación de vacío es todavía más grande. De vacío y desconcierto. Vivimos al día. El lunes 10 especulábamos con el "default", el miércoles 12 lo cerrábamos con una bolsa eufórica con algunos bancos disparándose un 10 por ciento; con la jubilación a los 67 y una cotización de 41 años, etc. El caso es que, mientras tanto, continúan cayendo empresas y, lo que es peor, voluntades. En elconfidencial.com alguien llamaba la atención sobre el hecho de que hay más aspirantes a Gran Hermano que a emprendedores.

Dese luego no lo ayuda el ambiente en organizaciones empresariales. Un mes después de la elección del nuevo presidente de CEOE todavía se esperan noticias sobre la profunda remodelación que hace falta para dotar de un cierto nervio a la organización empresarial que, se supone, puede ser el centro de recuperación de un cierto ambiente emprendedor desde la economía privada.

Repasando los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística para un trabajo relacionado precisamente con CEOE, la conclusión de que en la organización tiene que haber una profunda renovación es patente. En España hay 101 empresas con más de 5.000 trabajadores, lo que viene a suponer que dan trabajo a poco más de un millón de personas; 1.704 que tienen más de 500 empleados; y, 161.378 que tienen entre 10 y 499 empleados. El resto, ¡3.128.181! tienen como máximo 9 empleados. Son microempresas y la CEPYME ni existe. Todo un aparato para representar, fomentar, etc., a 1.805 empresas. No solo lo digo yo, lo dicen dentro cuando pueden autocriticarse con una cierta libertad.

Pero me temo, y ojalá me equivoque, que las primeras actuaciones del nuevo staff de la representación empresarial se va a centrar en la alta política; es decir, recuperar presencia en la fotos, facilitar pactos entre partidos, todo con la justificación de que hay que hacer ciertas reformas deprisa y corriendo. Es lo que se oye y no haría más que ahondar en la incapacidad para dar una solución pensando en el futuro a medio plazo.

A modo de conclusión, significar que con este ejemplo no solo quiero decir que son los políticos los que tienen delante a Gordias esperando ver cómo solucionan el problema propuesto en forma de nudo. También en la sociedad civil, todos, tenemos delante el enigma del yugo anclado sobre los bueyes de la crisis.

 

Adjunto
0.0/5 rating (0 votes)

Leave a comment

You are commenting as guest.