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Decídete (Reseña del libro de Dan Heath y Chip Heath. Segundo Finalista Premios Know Square 2014)

¡Imperativo! Es el modo que elige para hablarte. Todo directivo o profesional lo lleva, o sobrelleva, consigo. Algunos lo consideran su alter ego, otros hasta le ponen nombre y a otros se nos manifiesta en forma de orangután o cualquier otro ser vivo, nunca condescendiente. Con machacona insistencia y nula piedad impide hacer, empuja a actuar, remueve convicciones, contradice, obliga... Ese nuestro otro yo, duro, severo, nos lo repite: “¡Decídete!”

Título completo: “Decídete. Cómo tomar mejores decisiones en la vida y en el trabajo”. Editorial Gestión 2000. Autores: Dan Heath y Chip Heath. 337 páginas.

De alguno de esos momentos críticos de desasosiego los hermanos Heath han escogido la más afilada de las exigencias y nos la proponen, a modo de sacudida, como título. No contentos con ello van más allá y en las primeras páginas nos dejan sin el arma habitual. La lista de pros y contras que tan familiar nos resulta es un método defectuoso para la toma de decisiones. El conjunto de sesgos que funcionan en nuestro pensamiento condenan ese modelo al fracaso. Es necesario conocerlos para desactivarlos. El  proceso para contrarrestar su influencia es la esencia de su propuesta.

Los cuatro villanos (nunca mejor dicho) para la toma de decisiones son los sesgos que de manera sintética enuncian. El primero la visión estrecha. Esa forma tan nuestra de ver las opciones de manera restringida, en ocasiones reduccionistas hasta en forma binaria. Tan nocivo como el anterior es el sesgo de confirmación, o la asombrosa capacidad de la especie humana para abrazar una creencia y buscar a posteriori, lo que le da una falsa apariencia científica,  información que la reafirme. El tercero, siempre presente, es la emoción a corto plazo. O si no ¿cómo es posible que sin nuevos datos cambiemos de opinión de un día para otro? El último, que no menor, es la confianza desmedida. Cualquiera cree saber más que lo que realmente sabe del futuro… si no fuera porque éste tiene una capacidad asombrosa para sorprendernos.

Y es que, efectivamente, estos cuatro villanos se manifiestan en cada uno de los pasos en que podemos segmentar el proceso de decisión: te encuentras ante una elección, pero la visión estrecha te impide ver todas las opciones posibles; analizas tus opciones, pero el sesgo de confirmación te lleva a reunir información en una sola dirección; tomas una decisión, pero la emoción a corto plazo te tentará para que tomes otra, puede que la errónea; luego vives con ella, confiado en saber lo que ocurrirá en el futuro.

Es imposible desactivar nuestros sesgos y sin embargo podemos contrarrestarlos. En la propia naturaleza de los villanos está la respuesta. Los Heath resumen en el acrónimo WRAP el proceso que proponen para envolver la toma de decisiones:

 

Widen your options

Aumenta tus opciones

Reality-test your assumptions

Contrasta tus suposiciones

Attain distance before deciding

Toma distancia antes de decidir

Prepare to be wrong

Prepárate para el error

 

¿Por qué la mayoría de las organizaciones toman sus decisiones como adolescentes en términos de “esto o aquello”? Toda decisión que se plantee en términos de “sí o no” debiera disparar de inmediato las alarmas. Es cierto que focalizarse es magnífico para analizar alternativas y no menos cierto que es nefasto para detectarlas. Busquemos la “Y” en la toma de decisiones, considerando simultáneamente más de una opción. Al buscar nuevas opciones es cuando descubrimos, de verdad, la forma del problema manteniendo a raya los egos. Al contar con varias la implicación personal en la opción única se diluye. Se trata de ver varias, no muchas. Y en caso de atasco buscar a alguien que haya resuelto un problema parecido. Buscarlo hacia afuera y hacia dentro, lejos y cerca. ¿Por qué perder el tiempo inventando en un mundo de conocimiento compartido? En definitiva aumenta tus opciones.

De manera natural buscamos la confirmación que nos hace confortable la existencia. ¿Y si provocamos el desacuerdo constructivo? En la dialéctica de la visión interna y externa encontraremos enfoques distintos para una situación objetivamente idéntica. Panorama general y primer plano. Dado que somos un desastre como futurólogos, ¿no sería mejor el tanteo, la prueba a pequeña escala? Es mejor saber que predecir. Exige disciplina, pero es posible contrastar las suposiciones.

¿Cuánto daríamos por tener la posibilidad de pulsar “deshacer” después de tomar decisiones viscerales empujados por la ansiedad, ira, angustia…? Si fuéramos capaces de salir de nosotros y darnos consejo tendríamos gran parte del camino recorrido. Cuando lo hacemos con otros priorizamos de manera natural y sin esfuerzo los factores más importantes y descartamos los secundarios y apremiantes. Si persiste la tensión, entonces estamos ante un conflicto entre prioridades esenciales, nucleares. En ese caso no sólo basta con identificarlas y preservarlas, tienes que estar comprometido con ellas. Es la manera de tomar distancia.

Convencidos de no poder adivinar el futuro y de que éste no es un punto fijo que podamos definir con precisión probemos a acotarlo como un intervalo. Por su extremo inferior: ¿Cómo minimizar los daños en caso de error? Por su extremo superior: ¿Estamos preparados para el éxito de nuestras decisiones (y para explotarlo en su caso)? Lo seguro es que, con el tiempo, aquello de lo que nos arrepentimos es de lo que no hemos hecho. Aumentar la confianza en nuestras decisiones y, por ende, tomar más e incluso aquellas que nos parecerían más arriesgadas, es lo que conseguimos confiando en el proceso y preparándonos para el error.

Los hermanos Heath nos lo ofrecen con toda franqueza. El objetivo del proceso WRAP no es neutralizar la emoción: cuando despojas la toma de decisiones de todos los mecanismos racionales, sobre todo de los falsamente racionales intervenidos por los cuatro villanos, lo que queda es precisamente emoción, quedas tú. “¿Qué te impulsa? ¿Qué clase de persona aspiras a ser? ¿Qué crees que es mejor para tu familia? ¿Qué tipo de organización aspiras a dirigir? ¿Qué es mejor para tu equipo?” Dos personas distintas ante el mismo dilema probablemente tomen decisiones diferentes, incluso opuestas. Y seguramente sea lo más conveniente. Para ambos. El objetivo del proceso WRAP es ayudarte a tomar las decisiones… que TE convienen.

Bálsamo para el desasosiego: “Cuando tomamos una decisión es imposible saber si saldrá bien. El éxito nace de la calidad de las decisiones que tomamos y la cantidad de suerte que tenemos”. Ya que no podemos controlar la suerte controlemos la forma en que tomamos las decisiones. Pues eso: ¡Decídete!

 

 

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Comments (2)

  • Enrique Titos

    Enrique Titos

    12 Marzo 2015 at 08:05 | #

    Efectivamente, gran libro de experimentados autores sobre los procesos de decisión. Tema importante en una sociedad donde las opciones de decisión son más amplias y veloces que nunca. No tomar una decisión es ya una decisión, y tomarla influida por los "villanos" es otra. 14331Sería bueno sistematizar más efectivamente los procesos de toma de decisiones y este libro apunta una metodología y experiencia valiosa.

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  • Manuel Mayo Rúa

    Manuel Mayo Rúa

    12 Marzo 2015 at 09:14 | #

    Totalmente de acuerdo contigo, Enrique. El esfuerzo de los hermanos Heath de análisis riguroso de un proceso tan complejo como la toma de decisiones y la síntesis en la formulación del método es donde está uno de los puntos fuertes del libro. Merece la pena el tiempo dedicado a su lectura. De incuestionable aplicabilidad en una sociedad y entorno como el que vivimos.

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