Dimas
Viernes, 22 de mayo de 2009. Domingo pasado, Triacastela, Lugo, Camino de Santiago; un cura predica su tradicional sermón dominical en una recoleta iglesia; pronto capta la atención de los feligreses: cuenta que se encontraba durante la semana anterior en Madrid, cuando le llaman urgentemente del Hospital Puerta de Hierro, sección de oncología, que se persone urgentemente. Al llegar a una habitación, un hombre moribundo, en coma, agoniza. Cuatro hombres rodean su cama. El mayor de ellos se dirige al sacerdote:
- Mire padre, conocemos a nuestro amigo desde hace muchos años. Nunca ha hablado de Dios, nunca ha ido a misa, nunca ha tomado un sacramento. La verdad es que tampoco le hemos visto nunca blasfemar...
- Ya estoy acostumbrado, no se preocupe. Pero si este es el caso ¿Por qué tanta urgencia?
- Es que desde hace unas horas, y aunque ya no puede hablar ni casi moverse, está moviendo un brazo y haciendo un gesto...de cuando en cuando...
- ¿Y qué gesto hace?
- La señal de la Cruz, padre... Se está santiguando...
El sacerdote procedió a darle la unción de los enfermos, y unas horas después fallecía. En la puerta de la habitación figuraba un nombre: Antonio Vega.
Ya tenemos otro Dimas, el buen ladrón, en el cielo.