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La Ética en la actividad de Inteligencia (Artículo)

Como está de moda hablar de la dirección por valores, la pregunta es pertinente hacerla sobre una actividad por ahora desconocida y reservada. Sobre la que muchos intentan arrojar luz desde hace una década. La actividad del [b]Analista de Inteligencia[/b].

Cuando hablamos del trabajo en Inteligencia, ante el desconocimiento, la mala prensa, los mitos falsos… siempre aparecen dudas y situaciones que nos interrogan sobre si el comportamiento de los analistas, que manejan información delicada y que operan con herramientas ad hoc, es ético o sus actos se someten a la moral.

Para responder con rotundidad y de una vez: Sí.

Operan y actúan éticamente y tienen valores  sólidos y fuertes. Tan sólidos y fuertes como en cualquier otra profesión o persona.  El problema viene por su experiencia vital o por su formación personal. Al igual que por su formación se le supone ética a un médico, a un profesor, o a un economista...

Hay expertos que dicen que las instituciones las forman personas que hacen cosas por y para las instituciones. Es totalmente cierto. Ya veremos en otra ocasión si las instituciones pueden moldear y dar “identidad” que mejore o empeore a sus componentes hasta el punto de creerse que por su boca habla la verdad, la empresa/institución… lo que en Inteligencia se llama “sesgos interpretativos o cognitivos”. Pero eso es otra guerra.

1.    La Ética en el trabajo.

Lo primero es diferenciar entre el profesional de inteligencia (miembro de los servicios de inteligencia o asociado a un servicio de inteligencia de manera contractual) y el analista de inteligencia de una empresa privada, pero que desarrolla funciones, labores, dentro de una unidad/departamento de análisis de inteligencia y tiene formación específica en inteligencia.

En este caso evidentemente nos referimos al segundo tipo.

El activo de inteligencia al que vamos a evaluar éticamente en su hacer, será por tanto el analista de inteligencia empresarial en sentido genérico. Es imposible dilucidar para todos los casos si su comportamiento es éticamente bueno o éticamente malo,  tampoco podemos decir de forma detallada cómo en cada escenario un analista debería actuar. Es una persona que adquiere información,  maneja datos muchas veces confidenciales y que  de su decisión e interpretación de los mismos depende la acción de sus jefes. Sus informes no determinan una acción pero pueden ayudar a tomarla. Y debe hacerlo de forma constante y casi siempre sin toda la información.

2.    La acción ética en Inteligencia.

Básicamente hay tres formas de acción:

a) Toda acción profesional puede ser seguidora de una ética ocasionalista, aquella que actúa o se comporta cambiando de opinión según en cada momento le interese. Cambiando de bando y amigos según sus intereses personales. Dejándose llevar por la “marea más favorecedora” o de opiniones o valores estrictamente personales, sin contrastar,  para guiar sus informes o emitir crédito positivo-negativo sobre personas o empresas, e incluso sobre culturas o países. En nuestra opinión un analista de inteligencia elegiría otra forma de actuar. Ya que por formación debe mantener un criterio mínimo de actuación que cambiará de forma razonada y avalada con datos. Su acción debe estar alejado del capricho y del amiguismo. Sabemos que nadie tiene toda la información y lo sabe todo. Por lo que mantener lo que los griegos llamaban “control de las pasiones personales” es buena directriz. Leamos a Marco Aurelio.

b) Un analista puede pensar que su actitud debe regirse por las llamadas éticas materiales o de fines, que afirman que el sujeto tiene un fin determinado, su labor está sometida a ese fin y sólo debe encontrar los medios para lograrlo. “La verdad es sólo una”, dicen algunos.  Para conseguir ese fin necesitamos leyes, códigos, decisiones y medios considerados válidos o correctos para lograr la mejor consecución del fin establecido. Creemos que ver esto así nos puede hacer caer en cierto utilitarismo o cierto pragmatismo. ¿Sólo actuamos o decidimos si está contemplado de esa forma en el código? ¿Nos refugiamos en lo que nos mandan los jefes?

c) Pero un analista puede tener obediencia a los necesarios códigos y leyes, y además tomar otro camino en la acción ética. Las llamadas  éticas formales,  del deber, que buscan seguir unas normas ya establecidas pero también buscan una actitud o un planteamiento que no se centra en un objeto concreto ni en un medio concreto. Esto es compatible con que en cada momento las decisiones estén sometidas a principios jurídicos, sociales,...

Conseguir un fin empresarial del análisis de inteligencia depende de normas o preceptos a veces muy rígidos, y lograr un éxito limitado en la competencia genera una tasa de rendimiento decreciente que implica perder dinero. Ese es el hándicap del analista. Rehuir del atajo.

La posición formalista igualmente tiene defectos o dificultades en su ejercicio, pero nos permite una mayor flexibilidad y adaptación a los diversos escenarios presentes y futuros. Digamos que permite mayor libertad de manos al analista en su labor, pero le hace más consciente de hasta qué punto las circunstancias pueden cambiar y por tanto le hace menos prisionero de la duda sobre su comportamiento ético. Sigue sometido a las normas, pero de forma consciente y voluntaria.

Para esta visión ética actuar para conseguir un resultado óptimo puede ser un atajo. Podemos actuar  buscando la tendencia que nos va a permitir adaptarnos más fácilmente en el futuro y mejor. Significaría por tanto influir, en sentido suave del término, en el escenario predecible o previsible.

Si un analista actuara conforme sólo a la metodología lograría un beneficio explícito que depende de la potencia o de la propia capacidad que la metodología tenga de análisis. Esto no es una valoración ética, sino una valoración puramente técnica. Sería como justificar que porque algo es factible técnicamente ya es plausible moral o éticamente.
En resumen: Si el analista en su planteamiento ético busca actuar por deber, lo que estará intentando es buscar lo que proporcionalmente es más verosímil que sea más justo y que contempla las mayores posibilidades.
Con ello logrará un verdadero análisis de inteligencia racionalmente coherente, acorde con las necesidades de inteligencia planteadas por el decisor, y ético.

Para terminar, si usted es un empresario ¿Cuál de las tres formas de actuar desearía que tuviese un analista de inteligencia?, decida y obre en consecuencia. Genere identidad corporativa, alinee a sus empleados y seleccione por valores.

Adjunto
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