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La Pasión por Aprender (Resumen de la conferencia de Gemma Martín de la Torre)

Nadie nos enseña a ser padres. Dedicamos mucho tiempo a formarnos como profesionales y muy poco tiempo dedicándonos a formarnos como padres. Quien no sea consciente de que no está preparado no hará nunca un buen trabajo. Al margen de la prioridad que le demos a nuestra responsabilidad como padres, nuestra labor consiste en dejar preparados a nuestros hijos para el mañana, tratando de resolver a nivel micro (a través de nuestros hijos) lo que a nivel macro hoy más criticamos de nuestro país. El mensaje principal de la conferencia es que nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros comportamientos son la principal escuela de nuestros hijos, y que como padres debemos ser conscientes de ello y proponernos una mejora continua. La educación nunca se para.

Resumen de la charla

“No reduzcamos la potencialidad de nuestros hijos a 4 notables, 3 bienes y un sobresaliente”
“Si penalizamos los errores, estamos diciendo: no aprendas, no te arriesgues”
“Si lo tienes todo, te lo hacen todo, todo te llega a la mano sin tener ni que estirar el brazo, tu cerebro no está acostumbrado a activarse para aprender”
“Deja que haga él sus cosas: regálale la experiencia del fracaso y del éxito”
“¿Y qué hacemos cuando se nos acaba la paciencia? Pues más paciencia”
“La autoestima o autoconfianza, empieza en la confianza en los demás”

• Cómo educamos está influido por nuestras ideas sobre la vida. Si la charla fuese sobre trenes, no sería preciso hacer esta aclaración, pero como vamos a hablar de personas es preciso aclararlo: Yo creo en la trascendencia, creo que hay algo más allá de lo que vemos con los ojos o de lo que me han enseñado a mí en las Facultades de Psicología. A esa trascendencia algunos la llaman Dios, otros sencillamente la Vida con mayúsculas.

• Sabiendo esto pueden atender a la charla entera porque coinciden con mi punto de vista o sencillamente escoger con qué se quedan y qué desechan porque no se sienten identificados con el planteamiento.

• Nuestro papel no es de ejercer de maestros. Nuestro papel es el de ser padres.

• Los hijos NO son nuestros. Así de claro y contundente. Aunque pueda resultar una noticia regular, da mucha paz, porque sirve para aceptar que no todo está bajo nuestro control. Muchos padres viven la permanente ansiedad de querer vivir la vida de sus hijos cuando no es suya.

• Por otro lado, también es una gran responsabilidad precisamente porque no son nuestros. Nos los han prestado para prepararles para la vida, para sacar lo mejor de ellos, para acompañarles en el camino de la vida, para quererlos. En definitiva, nuestro rol como padres, prestamistas de nuestros hijos, es el siguiente: “Enséñale a ser feliz y a hacer felices a los demás”. Y si queremos ser más exactos, hay que invertir el orden: “Enséñale a hacer felices a los demás y así le enseñarás a hacer feliz”.

• Estos apriorismos los debemos tener siempre en la menta, reflexionar cada cierto tiempo sobre ellos ya que nos proporcionan perspectiva.

• El rol de enseñarles a hacer felices a los demás y ser felices así ellos es un rol de los padres, no de los colegios, no los amigos. Uno de los grandes errores que cometemos como padres es delegar nuestra responsabilidad como padres, y al final los hijos quedan sin educar.

• A veces nos afanamos y afanamos por encontrar el mejor colegio de Madrid, con idiomas, con tecnología, con “buen ambiente” y por supuesto, con valores y, una vez lo elegimos podemos caer en la tentación de relajarnos en nuestra labor, porque “el colegio es tan bueno que ya se encargan ellos de todo”.

• El colegio es un complemento. Entendido así, tiene muchísimo éxito y buenos resultados. Por el contrario, el colegio como protagonista de la educación de sus niños es un fracaso asegurado.

• Podemos bajar un nivel para concretar la responsabilidad de cada elemento del conocimiento. Así, nuestros hijos tienen que aprender:

Conocimientos académico-formales – Esto es responsabilidad del COLEGIO, que en todo caso necesita a los padres para afianzar. Y no como ocurre muchas veces, que el padre le hace los deberes al hijo.

Autoconocimiento – la importancia de que el niño se conozca a sí mismo es una responsabilidad de los padres, con el colegio como complemento.

El desarrollo de la inteligencia emocional y formal – Esto es responsabilidad de los padres y el colegio, al unísono.

Aprender a comunicarse y establecer relaciones interpersonales – Es una responsabilidad de los padres, con el colegio como complemento.

o Aprender valores (la integridad). Es una responsabilidad de los padres, con el colegio como complemento.

• En su base más filosófica, se trata de ayudarles a que aprendan a buscar y amar la Verdad.

• Es muy común por parte de los padres reducir el aprendizaje a lo formal, por lo que inmediatamente desplazan toda la responsabilidad al colegio. Por lo tanto, cuando hablamos de aprendizajes, hablamos de todo esto. No lo reduzcamos.

• Darle toda la dimensión a las notas es un error porque entonces, ¿qué hacemos con nuestro hijo que no es un buen estudiante? ¿De verdad no sirve para nada? También es frecuente padres acostumbrados a un hijo excelente en notas, y como es bueno en notas, desatienden el resto de facetas.

• ¿Y cómo inculcamos a nuestros hijos la pasión por aprender? No hay receta, porque la pasión no se impone, no se imita, no se finge. Nace de dentro. Pero eso sí, podemos alimentarla y desarrollarla. y lo que sí es verdad es que la pasión se pega.

• Si pensamos en una de nuestras pasiones, ¿cómo llegó a apasionarnos?

o A base de HACERLO – Y como destacas, cada vez te gusta más.

o Porque COPIASTE A ALGUIEN por probar (“vi que leía una novela de Pérez Reverte, me la compré y estoy disfrutándola”).

o Porque alguien COMPARTIÓ ESA PASIÓN contigo (“me llevaron al Bernabéu y desde entonces soy madridista”).

o Porque ADMIRABAS A ALGUIEN QUE TENÍA ESA PASIÓN (“desde que nací, vi a mi padre pegado a una moto. No puedo evitarlo: soy mitad hombre, mitad rueda”).

• En nuestro papel como padres debemos ser esos modelos en la pasión por aprender. Esto encaja absolutamente con la misión que mencionábamos antes.

• Aunque no hay recetas, sí podemos hablar de unos ingredientes. Se podría denominar la “mochila”. ¿De qué le vas a llenar la mochila a tu hijo para que se apasione por aprender?

• Dos estudios realizados por la Academia Internacional De Educación (AIE - una fundación unida a la UNESCO), titulados “cómo aprenden los niños” y “familia y aprendizaje” hablan de los siguientes elementos que forman parte de nuestra mochila para la vida:

o AUTOESTIMA. La cabeza y el cuerpo deben estar en disposición de aprender. Es decir, si una pierna me está matando de dolor, no me concentro en lo que quiero aprender sino en mi pierna. Si mi corazón – mi autoestima – no está bien, estoy más centrado en lo que me duele el corazón o en lo poquita cosa que soy y mis incapacidades, que en aprender, es más me veo incapaz de aprender.  Los niños aprenden su auto-concepto en casa, en el cole y con sus iguales. Pero de esos tres sitios en el que antes han estado y más se les quiere es en casa. Los hijos aprenden su auto-concepto en casa.

 Cuidado cómo le hablamos a nuestros hijos porque determina la auto-estima: es diferente decir “eres un desordenado” que “no estás ordenando tu cuarto”. Lo uno se refiere al ser (le estoy diciendo que no tiene solución) y lo segundo al hacer – es decir, se puede cambiar, se puede aprender a hacer de otra manera.

 Para nutrirla, hay que aclararles que al hijo le quieres lo que es (ser) y no por lo que tiene o hace. Es un grave error decirle: “cómo te quiero que has sacado buenas notas” o “menudo golazo, cómo te quiero”. ¿Qué ocurrirá el día que no saque buenas notas o no meta el gol?

 Respeta su mundo. Es mucho más pequeño que el tuyo, pero es su mundo. Es diferente decir “menuda tontería” a preguntar “¿Y eso es importante?” y añadir “Y por qué es importante, ¿cómo te afecta?”. Con la primera pregunta la conclusión es: “mis padres no me entienden”. Con la segunda pregunta la conclusión del niño es: “mis padres me escuchan y me ayudan a interpretar adecuadamente la realidad”. El método socrático (consistente en hacer preguntas) es muy útil. Sabemos que es agotador, pero funciona.

 La autoestima o autoconfianza, empieza en la confianza en los demás.

LA TOLERANCIA A LA FRUSTACIÓN – Muy ligada a la auto-estima. En la vida nos van a decir muchos noes (no sólo en el trabajo: novias, subidas de sueldos préstamos bancarios, enfermedades). Lo justo es que nos preparen desde casa a encajarlos. Que nos digan “noes” llenos de cariño, que luego ya vendrán sin él.

 La firmeza y  el cariño van unidas. Se puede regañar y hacer ver, castigar sin gritar.

 Ajustemos como padres nuestras reacciones a nuestros fines. De hecho hay que considerar CADA SITUACIÓN: Si mi hijo de 2 años está metiendo los dedos en el enchufe- mi fin no es que razone. Mi fin es que se aparte cuanto antes, ya razonaremos más adelante. Meto un grito y fin cumplido. Por ejemplo, la batalla con los deberes: si mi hijo no quiere hacer los deberes, como lo que no quiero es asustar , sino que razone y sepa que sus actos tienen consecuencias, de forma calmada le puedo decir que los privilegios en la vida siempre van unidos a responsabilidades y que como él en esta ocasión (ojo, no siempre) no quiere asumir sus responsabilidades (NOTA – hay que evitar el decir que no es responsable) entonces no podrá tener los privilegios (como por ejemplo, ver la TV, invitar a alguien el viernes, etc.).

 Háblale a su nivel, incluso físicamente. Así que si es muy pequeño, agáchate. Las profesoras de primero de primaria se pasan el día en cuclillas.

 Si empiezas una batalla con tu hijo, termínala. Si no, no la empieces. Esta es una coherencia que tienen que ver nuestros hijos. De lo contrario, lo detectan y abusan de nosotros como padres.

 El fracaso es una etapa del aprendizaje en la que evaluamos qué estrategia no ha funcionado, para probar otra. Si penalizamos los errores, estamos diciendo: no aprendas, no te arriesgues.

 Como padres, no premies el resultado, sino el proceso. Mira mamá he sacado un 9. “¡Qué bien! Y que has hecho para sacarlo?” “¿Ves cómo esta vez te ha salido genial?”.

 Hay que ayudarles a centrar el locus de control en el interior, no fuera. En otras palabras, si es cuestión de esfuerzo, eso lo puedo controlar y me siento seguro y lo trabajo. Pero si es cuestión de suerte, ¿para qué voy a trabajar si no depende de mí? (locus de control externo).

 Cuidado con los “¡qué suerte!”. Si tu hijo te dice: “Mira papá he ganado en la wii”, la respuesta no debe ser “qué suerte has tenido”, sino “Bueno, eso es porque eres muy habilidoso con las manos: anda guapo aplícatelo a otras áreas y ponte a hacer un dibujo”.

o LA AUTOCONCIENCIA DE NUESTRAS CARENCIAS: esto que suena rebuscado es sencillo:

 La autoestima no es pensar que soy maravilloso en todo. eso es estar engañado y la raíz de muchas frustraciones.

 La autoestima es conocerse: nuestras fortalezas y debilidades. y la autoestima es la encargada de potenciar las fortalezas y sobreponerse o buscar enmendar las debilidades, pero no las obvia. es decir es bueno que el niño sepa que carece de cosas.

o LA CAPACIDAD PARA ILUSIONARSE. Es esencial para aprender. Hay niños que lo tienen todo, tanto que nada les emociona ya. “Qué rollo, un cuento”. O una pegatina: “si ya tengo 100 de esas en casa”. Sin ilusión no hay armas frente a un niño.

 Normalmente la falta de ilusión va ligada a poner el foco en el resultado, no en el proceso: hay que hacer esto, vale lo hago, pero no disfruto del proceso. Cuidar la ilusión es entrenar la capacidad para disfrutar de vuestros hijos!

o AUTONOMÍA Y SOBREPROTECCIÓN: No hagas  lo que ellos pueden hacer. Esto es de los elementos más importantes de la charla: Si lo tienes todo, te lo hacen todo, todo te llega a la mano sin tener ni que estirar el brazo, tu cerebro no está acostumbrado a activarse para aprender.

 Imaginemos a nuestros hijos en su vida, en la vida: hay que regalarles autonomía, porque da libertad y autoestima, no dependencia, que genera esclavitud, apocamiento y falta de confianza en uno mismo.

 Deja que haga él sus cosas: regálale la experiencia del fracaso y del éxito. Lo importante no es el resultado, bueno o malo, sino que sea suyo, es su vida. Todo éxito que pueda ser suyo, no te lo apropies tú.

o PACIENCIA, PACIENCIA, PACIENCIA. Los profesores somos igual de humanos que los padres. Para un profesor lo fácil sería quitarle el abrigo a todos, colgarlo bien, sacar la agenda de la mochila, apuntarles los deberes. Pero no lo hacemos: lo hacen ellos. Al principio, sólo hacer eso es una hora en una clase de 18 niños. Vas creando autonomía, de manera que cada vez lo hacen más rápido y mejor y eso da tiempo a hacer otras cosas que redundan en ellos.

 ¿Y qué hacemos cuando se nos acaba la paciencia? Pues más paciencia.

 No temas perder el control. Que lo hagan ellos, y que lo hagan mal, pero ellos.

 “Inténtalo tú, si no puedes yo te ayudo”.

o MOTIVACIÓN: No hay estudio que no la nombre, pero ligada a lo de arriba. Cómo voy a felicitar a mi hijo por algo que no ha hecho él, si lo he hecho yo por él.

 Hay dos tipos de motivación: extrínseca e intrínseca. La primera consiste en premios externos, materiales (vienen de fuera). Son eficaces en la medida en la que sirve para alcanzar la otra, la intrínseca. La intrínseca es la que genera uno por sí mismo: por ser mejor yo y así poder ayudar a los demás.

 En esta línea, no dupliquemos premios. Si el niño obtiene en el colegio un diploma, eso es en sí un premio, no tiene sentido hacerle un regalo por eso. Las buenas notas son en sí el premio…

 En esta sociedad lo que más valoran los niños es el TIEMPO, que se conforma en el MEJOR PREMIO. Es más valioso premiar a tu hijo yendo a la función de teatro. Y si van los dos padres, mejor…

o FOMENTAR LA CURIOSIDAD SANA QUE TIENE TODO NIÑO. Los estudios no dejan de hablar del APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO Y LA TRANSFERENCIA de conocimientos:

 Tratad, como padres, de que el niño aplique lo aprendido a la vida diaria para darle un sentido. Aplicad lo aprendido en la vida diaria: matemáticas en el supermercado, leyendo matrículas, leer los carteles, interpretar noticias… La asignatura “Conocimiento del medio” (Science) está a la orden del día: siempre hay un bicho, una planta, un clima del que hablar.

 Aprovecha las situaciones cotidianas para crear preguntas. La vida es muy sabia, por eso casi todos los niños pasan por la etapa del “y por qué?”.

 No cortéis esa curiosidad sana. Alimentadla y dirigidla.

 Hay padres que dicen que no hay apenas situaciones de aprendizaje. No es verdad: las hay todas. Lo vemos en clase. Dices “Voy a dar 40 porque estos niños pueden con 40”. Pruebas y dices, “¿y si exijo 50, a ver si llegan?”. Y llegan. Y 60, 70, 80 y a 10 y a 110. Lo cogen todo.

 Aprovéchalo: la famosa estimulación temprana la podemos estirar en toda la etapa de primaria y después.

 Por ejemplo, escoger juegos de mesa educativos, lo que permite reservar un tiempo familiar. En inglés, se puede jugar a hablar en inglés, ver la TV solo en inglés. Se pueden organizar “Desayunos americanos o británicos” (los niños son almas cándidas: en realidad es un desayuno normal, pero al que le pones un filete de beicon. Con eso ya se creen que están en Estados Unidos). La memoria también se alimenta con juegos de memoria.

 Y en general, de nuevo: no des soluciones, haz preguntas.

 Aprovecha las nuevas tecnologías. En el Ipad o Iphone hay miles de juegos, aplicaciones de aprendizaje. Pedidles la información a las tutoras en los colegios, que seguro tienen recursos a su alcance.

o CONFIANZA EN LOS DEMÁS. Para generar esa confianza entre padres e hijos, la clave es hablar, hablar y hablar. Los estudios ligan el éxito escolar a cada uno de los aspectos que estoy mencionando. No tienen sentido los libros sobre “Como hablar con tu hijo adolescente”. Es preciso hablar ya desde pequeñitos, porque es ahí donde se genera la confianza para que el niño, cuando toque hablar de alcohol, sexo y drogas, recurra a vosotros, y no a sus amigos. Si no les has escuchado cuando tenían que contarte su historia en el patio (insignificante para ti, pero su mundo para ellos…), cuando quieran hablar de cosas más serias no querrán hablar contigo porque no tendréis el músculo de la confianza desarrollado.

• Y algunos apuntes prácticos:

o Igual que hablábamos de disponer cabeza y corazón para aprender, hay que disponer también el AMBIENTE Y LA POSTURA:

 LUGAR: La habitación de tu hijo: siéntate en su cama para ver cómo descansa. Siéntate en su mesa para ver cómo se concentra. Busca un lugar aséptico. Distingue, si es posible, la Sala de juegos, la Sala de estudio y el Salón.

 POSTURA: vivimos en horizontal y en horizontal se aprende poco. Si me siento bien aprendo mejor.

 Crea RUTINAS. Si no las hay, no pasa nada: créalas. Y salvo excepción, no se cede. los deberes son para el hijo, no para los padres.

• Pero por encima de todo, está el EJEMPLO. El ejemplo es que los hijos vean que los padres llevan encima su propia mochila. ¿Cómo vas a exigirle esfuerzo a tu hijo si cuando llega a casa estás tumbado? ¿Cómo vas a decirle que hay que leer y que los libros son maravillosos si no te ve con un libro? Si de forma natural llevamos esa mochila, será más fácil. De lo contrario, gastas energía porque cuando llega tu hijo te tienes que poner en “modo educador”. Eso es agotador y contra-producente porque al final, siempre acaban pillándote.

 Si tratas de ser coherente cuando tu hijo está delante y cuando no lo está, ganas tú – te haces mejor - y gana él – le ayudas a tener un modelo que le anima a ser mejor. Lo mismo si tratas de ser honesto…

 Pensad en la cantidad de padres que se han hecho mejores cuando ha nacido un hijo. Pues se puede hacer más de una vez. Piensa en pequeños vicios que tienes que puedes mejorar.

 

• Y un último concepto importante: el TIEMPO.

 Nada de lo dicho hasta ahora se puede hacer si no dedicamos tiempo.

 Cantidad o calidad: no es lo mismo estar cocinando que estar sentado con tu hijo.

 Nuestro tiempo debe ser proporcional a la importancia de la actividad que estamos haciendo. Si la misión de educar a nuestros hijos es trascendental, tenderemos a dedicarle mucho más tiempo…

 Y se puede organizar para que los hijos estén ligados a los hobbies, sin que sacrifiquen nuestro tiempo de ocio. Si nos gusta la caza, llévate a tu hijo de caza.

 Y sí, a lo mejor hay que hacer algún sacrificio, dejar algo como padres para cuando los niños sean mayores…

 Nuestro tiempo debe estar dedicado también a formarnos como mejores padres: cursos de pedagogía, escuela de padres, etc. Formémonos para nuestra misión más importante. Nos estamos todo el día formando para ser mejores profesionales, ¿por qué no nos formamos para ser mejores padres?

• Y una cosa que habrán concluido: no hay tregua. Un padre, una madre, educa siempre. Como decía el Papa Juan Pablo II cuando le animaban a descansar: “Tengo toda la eternidad para descansar”.

Sobre el ponente

Gemma Martín es profesora de inglés del colegio Highlands. Con anterioridad, fue directora de la Fundación para la Diversidad. Es psicóloga por la Universidad Complutense de Madrid.

Transparency Vow

El autor de este resumen es marido del conferenciante.

 

Adjunto
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Comments (2)

  • Omar Estaitih Ávila

    Omar Estaitih Ávila

    26 Marzo 2013 at 13:11 | #

    Extraordinaria lectura,

    Gracias Gemma y Antonio por compartir la pasión por aprender, educar y compartir valores con hijos y familia

    reply

  • Antonio García Sansigre

    Antonio García Sansigre

    07 Abril 2013 at 12:32 | #

    Gracias Omar. Y gracias por participar activamente también como comentarista y contribuyente (el artículo de las 8 charlas sobre comida y cocina). Un abrazo.

    reply

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