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El decálogo de actitudes del buen líder (El libro abierto de la Actitud)

Todas estas actitudes parecen sencillas y deberían adoptarlas todos los directivos. Sin embargo, sólo en un 9% un grupo de líderes estudiados desarrollaron correctamente más de siete elementos de este decálogo. En la práctica, es habitual encontrar directivos con algunas de estas actitudes, aunque es muy difícil encontrar líderes que encarnen la mayoría de ellas. Este es un concepto muy importante ya que algunas actitudes constituyen una condición indispensable para el éxito....

Todas estas actitudes parecen sencillas y deberían adoptarlas todos los directivos. Sin embargo, sólo en un 9% un grupo de líderes estudiados desarrollaron correctamente más de siete elementos de este decálogo. En la práctica, es habitual encontrar directivos con algunas de estas actitudes, aunque es muy difícil encontrar líderes que encarnen la mayoría de ellas. Este es un concepto muy importante ya que algunas actitudes constituyen una condición indispensable para el éxito.

  1. Analiza la situación fríamente y acepta la nueva realidad. El principio básico es: "Los datos son amigos y las percepciones, enemigos". Debemos centrarnos siempre en los datos objetivos y evitar los errores más habituales, que principalmente son el optimismo desmesurado, la parálisis por el análisis y el efecto avestruz.
  2. Toma grandes decisiones con firmeza. Es muy importante centrarse en pocas y contundentes decisiones, habitualmente cuatro o cinco, que sin duda son las que conseguirán la parte más relevante de los resultados. No caer, por tanto, en el error de tomar muchas decisiones que no consiguen prácticamente nada y que nos alejan de los grandes objetivos. La pereza activa es un error que puede llegar a ser relevante en la toma de decisiones. Actuar con seguridad y firmeza para transmitir serenidad y coherencia a los equipos.
  3. Focaliza tu tiempo y tu esfuerzo en los temas clave. En situaciones en las que el tiempo y los recursos son escasos, los líderes deben actuar siempre empleando la ley de Pareto (80/20). La experiencia indica que al centrarse en pocas acciones realmente importantes se consigue la mayoría de los resultados.
  4. Transmite sensación de urgencia: rapidez incluso por encima de la precisión. El concepto se puede resumir con la frase del General MacArthur: "Todos los fracasos de la humanidad se resumen en dos palabras: demasiado tarde". Las empresas reaccionan muy lentamente ante la crisis (24 meses hasta que toman las grandes decisiones). Eso genera que, cuando se actúa, las pérdidas acumuladas pueden ser importantes llegando a poner en juego la viabilidad de la empresa. Para evitar este problema, se debe transmitir una sensación de urgencia al equipo, gestionando cada día como si fuese el último.
  5. Obsesiónate por los resultados a corto plazo, su planificación y su seguimiento. En situaciones complicadas, el corto plazo debe ser la prioridad número uno, ya que si no se gestiona correctamente, el medio y largo plazo no existirá. Los conceptos de planificación, previsión y el uso de escenarios son muy importantes para manejar la incertidumbre inherente en las situaciones de cambio. En este sentido, el seguimiento férreo de los planes de acción es necesario para actuar rápidamente en caso de desviaciones.
  6. Transmite realismo positivo a tu equipo. En los momentos complicados, los líderes deben insuflar moral a los equipos. Para ello, deben comunicar siempre bajo el concepto de realismo positivo, es decir, ser realistas y transmitir optimismo que cohesione al equipo y que les impulse hacia el éxito. Además, esta actitud realimenta al equipo, lo que consigue que entre en una espiral positiva. Por otro lado, nunca se debe percibir al líder como un soñador, porque podría provocar un efecto contrario al deseado.
  7. Compromete a tus colaboradores. En momentos de crisis, el papel del líder es más importante que nunca. Se necesita el equipo al 100% y es responsabilidad suya conseguirlo. Debe motivar, cohesionar y dar seguridad al equipo para llevar el barco a buen puerto.
  8. Vuelve a la austeridad y al esfuerzo. Los tiempos de crisis son momentos para "apretarse el cinturón" y "trabajar el doble para conseguir la mitad". Los excesos de los tiempos de bonanza hay que erradicarlos, y ahora la austeridad y el esfuerzo deben impregnarse en la organización.
  9. Sé sincero: Di siempre la verdad aunque resulte dura. Las mentiras siempre generan más problemas que las verdades, aunque estas sean duras. Muchas veces se piensa que es mejor una "mentira piadosa" que una "dura verdad". Ese es un importante error. Finalmente, las mentiras siempre salen a la luz y se acaba perdiendo toda la credibilidad ante los interlocutores. Lo mejor es decir siempre la verdad, y cuando esta sea dura, transmitir ideas claras y un plan para recuperar la situación.
  10. Nunca olvides la Responsabilidad Social. En tiempos complejos en los que el entorno está crispado, las empresas deben tener más presente que nunca su responsabilidad y actuar con sensibilidad. En la mayoría de las ocasiones, si se cuidan las formas y se actúa con principios éticos, se consiguen importantes efectos positivos.

 

Adjunto
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