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Es más barato acabar con el hambre que ignorarla (Artículo)

Esta es la demoledora conclusión final del informe, "¿Quién está luchando realmente contra el hambre?", elaborado por las Organizaciones No Gubernamentales ActionAid y su homónima española, Ayuda en Acción. Según estas dos ONGS el hambre cuesta a los países empobrecidos 450 mil millones de dólares al año, diez veces más de la suma que sería necesaria invertir para reducir esta lacra mundial en 2015 y, de esta forma, cumplir con el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (OMD: erradicar la pobreza extrema y el hambre.

La directora General de ActionAid, Joanna Kerr, asegura que "luchar contra el hambre inmediatamente sería diez veces más barato que ignorarla. Cada año de menos productividad del trabajador, mala salud y educación perdida cuesta millones a los países pobres". Por supuesto este coste no es sólo económico, Kerr afirma que si los gobiernos no actúan ahora mismo, más de un millón de niños más podrían morir de aquí a 2015 y la mitad de África no tendrá comida suficiente durante 10 años.

Son unos datos trágicos que se agravan con situaciones casi imperceptibles, pero que inciden en la situación de subdesarrollo de estas comunidades. Como indica Ayuda en Acción, el hambre durante la infancia causa daños mentales y físicos irreversibles, además de reducir las ganancias de una persona durante toda su vida en un 20 % y la productividad económica en general.

Pero la situación no es igual en todo el mundo, aunque son menos las naciones que van por el buen camino "haberlas, hailas". El Programa HungerFREE, sobre el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, analizó la situación de 28 países y 8 de ellos están en el buen camino. Países tan dispares como Brasil, China, Ghana, Malawi y Vietnam han aplicado con éxito políticas de lucha contra el hambre y la pobreza.

Brasil ha reducido en más de la mitad la prevalencia de niños con bajo peso en menos de 10 años. China ya ha conseguido cumplir este OMD antes de lo previsto. Pero más llamativos son países olvidados como Ghana, Vietnam o Malawi, que fueron en su momento trágicos protagonistas de los medios de comunicación internacionales.

Ghana ha reducido los niveles de hambre en un 75% entre 1994 y 2004. En Vietnam la tasa de los niños con bajo peso se ha desplomado desde un 45% al principio de la década de los 90 a menos del 20% en la actualidad y en Malawi el número de personas necesitadas de ayudas alimenticias ha disminuido de más de 4,5 millones en 2004 a menos de 150.000 en 2009.

Al otro lado de la balanza se encuentran la República Democrática del Congo que ha cuadriplicado la cifra de la población que padece hambre, llegando a un 75%; o Pakistán, que ha visto cómo se ha incrementado en un 25% este porcentaje llegando ya al 50% de los. Aunque no solamente en las naciones más pobres hay retrocesos. En India, una de los últimos países emergentes y reconocidos en el mundo empresarial por su éxito económico, sigue habiendo 1 de cada 5 habitantes que pasa hambre y más del 50% de los niños están malnutridos.

Pero ¿Cuáles son las políticas exitosas? Es impresionante corroborar como las iniciativas más básicas siguen convirtiéndose en las "Fórmulas Mágicas" para encontrar soluciones a problemas tan importantes. Protección social, inversión en la agricultura básica local, garantizar el derecho a la alimentación e incidir en la igualdad de género son esas "milagrosas recetas" que han permitido a esos países trazar un camino claro y directo para conseguir alcanzar el primer OMD.

Y la demostración más palpable de ello es China. El gigante económico de este milenio comenzó su despegue inicial con el apoyo a la pequeña agricultura local lo que permitió dos objetivos básicos: por un lado regenerar las economías rurales y, por otro, alimentar a sus ciudadanos. O Brasil, el país emergente por antonomasia en América Latina, que ampliando el salario mínimo o implementado programas de abastecimiento para los pequeños agricultores ha conseguido, entre otras cosas, la reducción en un 50% del hambre infantil.

Todas estas conclusiones tienen que servir de ejemplo a las empresas cuando planean su Responsabilidad Social Empresarial tanto en lo que se refiere a:

  • El Apoyo a Programas de Cooperación o Acción Social tiene que responder a las necesidades fundamentales de las poblaciones beneficiarias. Es necesario que las empresas que desean participar en el desarrollo de las comunidades más desfavorecidas deben trabajar codo con codo con las organizaciones que conocen ese campo, no se puede dibujar planes de acción social sin contar con las ONGS o los propios beneficiarios. Es necesario el dialogo con estos stakeholders para poder desarrollar iniciativas sociales con un impacto real en la sociedad. Cómo anécdota puedo contar la experiencia de Aldeas Infantiles SOS con una conocidísima fundación de una empresa. Esta institución tiene como uno de sus objetivos principales el apoyo a la educación en comunidades más pobres de Latinoamérica. El conocimiento de primera mano de la situación real de esas poblaciones les hizo modificar sus líneas de actuación, incidiendo primero en garantizar la alimentación básica y las mejores condiciones sanitarias de los niños, antes de proporcionales educación. Invirtiendo en profesores antes que limitarse a la construcción de escuelas.
  • Esta enseñanza también puede aplicarse a la gestión diaria de las empresas, sobre todo en lo que tiene que ver con la responsabilidad corporativa, y que ya hemos comentado alguna vez en esta plataforma de conocimiento compartido. Es necesario impulsar progresivamente iniciativas sencillas que incidan poco a poco en beneficio de nuestros públicos objetivos más cercanos, trabajadores, clientes, poblaciones del entorno… y recoger los éxitos de esas políticas para ampliarlas y convertirlos en ambiciosos programas.

Somos una sociedad globalizada, pese a quién pese y con todas las consecuencias. Aunque nos parezca ciencia ficción es verdad, el progreso de los pueblos de Ghana, Vietnam o Malawi incide a largo plazo en Suecia, Irlanda o España. Por ello tenemos que apoyar el cumplimiento de estos objetivos por solidaridad y corresponsabilidad y es necesario empezar por el principio: EL SER HUMANO.

Adjunto
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Comments (1)

  • zdelahera@gmail.com

    zdelahera@gmail.com

    22 Diciembre 2010 at 10:06 | #

    Me ha parecido muy interesante, sobre todo por las 2 conclusiones finales. Creo que es muy cierto que la mejor manera de las empresas verdaderamente comprometidas con la RSC hagan su ayuda eficaz es el contacto y colaboración, sin pretensiones de protagonismo, con las ONGs y los beneficiarios de la ayuda. Por otra parte, la aplicación de los prinicipios de la RSC a la vida diaria de la empresa es harina de otro costal y la verdadera prueba del nueve de la solidez de la RSC

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