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Clima e Historia (Nota Técnica)

Mi experiencia personal me lleva a afirmar que a medida que nos hacemos mayores – más Seniors – vamos modificando los objetos de nuestra atención. Lo que pasaba desapercibido en nuestra infancia y juventud, va adquiriendo importancia y por tanto ocupando nuestro interés según pasa el tiempo. Probablemente no sea posible ponerse de acuerdo en un conjunto común de materias que atraigan la atención de todas las personas, pero quizás sí estemos de acuerdo en que el conocimiento del clima interesa a ...

Mi experiencia personal me lleva a afirmar que a medida que nos hacemos mayores – más Seniors – vamos modificando los objetos de nuestra atención. Lo que pasaba desapercibido en nuestra infancia y juventud, va adquiriendo importancia y por tanto ocupando nuestro interés según pasa el tiempo. Probablemente no sea posible ponerse de acuerdo en un conjunto común de materias que atraigan la atención de todas las personas, pero quizás sí estemos de acuerdo en que el conocimiento del clima interesa a todos por encima de una cierta edad. Por este motivo, y en atención al creciente interés que tiene para la sociedad el fenómeno del cambio climático, quería realizar esta contribución al reciente acuerdo firmado entre Know Square y Secot resumiendo mis impresiones sobre un conjunto de libros que he leído últimamente en relación con el cambio climático.

Clima e Historia

Mi objetivo era relativamente poco ambicioso, pues antes de poder establecer una opinión sobre los efectos del "mediatizado" cambio, deseaba tratar de amueblar mi pequeña biblioteca intelectual tratando de alcanzar el conocimiento mínimo sobre la materia, para seguidamente tratar de establecer mi propia opinión al respecto. El camino que he seguido puede resumirse de la siguiente manera: en primer lugar, quisiera saber qué es el clima. Qué agentes lo configuran, cómo se relacionan entre ellos, cuál es más importante, etc. Seguidamente me interesé por los métodos de medición del clima, pues para darse cuenta de que algo cambia es necesario disponer de una herramienta de medida. Para profundizar en este segundo aspecto quise también saber el grado de antigüedad de cada uno de los instrumentos de medida, su fiabilidad, su difusión, etc. Estos dos primeros objetivos me permitieron adentrarme en el apasionante conocimiento de cómo las variaciones que vienen experimentando el clima, desde que el mundo es mundo, han podido configurar la historia del hombre. Puedo anticipar mis descubrimientos calificando dicho impacto como absolutamente definitivo. Y sólo en este momento creo estar en condiciones de poder enfrentarme a un objetivo – esta vez sí – mas ambicioso: Entender si el hombre es capaz de modificar sustancialmente la historia del clima y en su caso, qué medidas debemos implantar para corregir los efectos indeseados.

Las líneas que siguen describen mis avances a lo largo de los primeros escalones de esta pequeña aventura intelectual, esperando poder en un futuro establecer mi propio criterio sobre los últimos escalones, sobre los que por el momento tengo serias dudas.

Los fenómenos climáticos en general, y el calentamiento global del planeta en particular, ocupan una atención creciente. Aunque parece que el agujero en la capa de ozono, producto de los "fluocarbonados", está siendo controlado e incluso ha disminuido, el calentamiento que produce el efecto invernadero, que a su vez es el resultado de las emisiones de CO2 (y también de CH4 y NO2), tiene efectos claros en el cambio climático, y descansa en una base científica razonada y sólida. Dicho lo anterior, conviene preguntarse cuál puede ser el impacto real de estos efectos y si sucede lo mismo con otros posibles efectos de la acción humana.

Actualmente existen métodos científicos que permiten conocer con asombrosa precisión las variaciones climatológicas experimentadas a lo largo de la historia. Un estudio sobre la materia confirma que el clima puede medirse también con una relativa precisión desde hace mucho tiempo, incluso antes de la aparición del homo sapiens sobre la tierra. Mirando al futuro sabemos que es posible pronosticar – con gran detalle y fiabilidad a corto plazo y con menos precisión, a más de 72 horas – la evolución meteorológica en cualquier punto de nuestro planeta.

Todo ello parece haber tenido un gran impacto en nuestra civilización, su prosperidad, el interés y viabilidad de las diversas fuentes de producir energía y la sostenibilidad de nuestros modos de vida. A diferencia de otras actividades humanas, las emisiones de gases carbónicos tienen impacto en todo el globo independientemente de donde se producen. Entre otras, merece la pena realizar dos consideraciones que ponen de manifiesto la importancia de analizar e idear mecanismos de reducción del problema: en efecto, para empezar, los países mas ricos y los países en vías de desarrollo contribuyen en mayor medida a la potenciación del efecto invernadero; sin embargo, paradójicamente, serán los países mas pobres los que se verán mas afectados.

Por todo lo anterior conviene conocer la historia del clima y su impacto en la historia humana, pues visto que el clima tiene gran influencia en el hombre, es necesario saber cómo el hombre puede influir en el clima y qué puede hacerse para corregir sus efectos indeseados.

Para conseguir los anteriores objetivos es necesario conocer con alguna precisión a que nos referimos cuando hablamos de los fenómenos climáticos. Hay muchos autores y libros que describen cuáles son sus agentes, qué impacto relativo tienen, cómo se interrelacionan, etc. No puede sorprender a nadie que el sol y los cambios que le son propios (distancia a la tierra, manchas solares, inclinación del eje de la tierra, precesión de los equinoccios, etc.) es con diferencia el mayor responsable del clima y, por tanto, también de sus variaciones. Conociendo la importancia del sol, es posible entender otros fenómenos importantes que configuran el clima. Estamos hablando en primer lugar de las nubes, que a ojos vistas son las mayores culpables del efecto invernadero, pero también estamos hablando de las corrientes marinas dominantes en el globo. Temperatura, corrientes marinas y giro de la tierra dan lugar a otros fenómenos naturales que producen grandes cambios climáticos, como son los huracanes en el Atlántico y los tifones en el Pacífico. Pero también las corrientes alteran sensiblemente la temperatura del mar, como el famoso calentamiento de las aguas del Pacífico ecuatorial conocido como el Niño, pues se produce en las fechas próximas al 25 de diciembre (o también llamado la Niña, cuando en lugar de subir la temperatura del agua, baja). Reduciendo la escala de nuestras observaciones, es importante conocer la influencia de los vientos locales y otros muchos fenómenos de origen natural, como por ejemplo los volcanes.

A continuación debe analizarse en que consiste el ciclo del CO2 y del metano, y su interrelación con los océanos, así como su influencia en el cambio climático. La lista de fenómenos naturales que se vienen observando desde hace muchos años es relativamente larga y tiene nombres tan atractivos como por ejemplo los que describen los cambios climáticos bruscos que están relacionados con la corriente "termohalina".

Habiendo entendido adecuadamente lo que llamamos clima, el siguiente paso sería conocer cómo se mide, desde cuándo, con qué precisión, etc. Con esta información es posible llegar a la conclusión de que existen muchos métodos, muy antiguos algunos, y muy precisos dentro de cierto horizonte temporal. Por citar sólo uno, es muy interesante conocer la información climática que puede deducirse del estudio del polen de las abejas a lo largo de la historia. Sabiendo que desde el Siglo XVI, los faros, los observatorios meteorológicos y los cuadernos de bitácora de los capitanes cuyos barcos surcaban en el Atlántico, recogen numerosísima información, es fácil entender que un experto pueda reconstruir el mapa barométrico del Atlántico Norte para una semana determinada del mes de agosto de 1676 con relativa precisión.

La lectura de estos libros me ha permitido comprobar dos cosas: A. Que se sabe mucho y B. Que los ciclos del clima (y por tanto de sus cambios) son largos o muy largos. Importante conclusión pues parece claro que antes de poder afirmar que se produce un determinado cambio climático es necesario que dicho cambio tenga una duración temporal bastante larga, medida con estándares del ciclo de vida humano que, como es sabido, es mucho mas corto que el ciclo de vida de la tierra, por no decir del cosmos.

El clima ha sido responsable de influir definitivamente en la historia del hombre. Efectivamente, sabemos que nuestro origen radica en alguna parte del cuerno de África. Desde allí se difundió por todo el mundo dominando a otras especies que incluyen al Homo Neaderthallensis, entre otros. Pero para que el Homo Sapiens migrara desde África a Australia (y al resto del mundo) era necesario que los mares (en el caso de Australia el estrecho de Torres, que separa Papua del Norte del continente Australiano) estuvieran en un nivel muy inferior al actual, pues los ancestros de los aborígenes, hijos del Homo Sapiens, tuvieron que cruzar andando. La literatura sobre esta materia es más abundante a medida que nos acercamos en el tiempo, entendiéndose así desde la existencia y desarrollo de los grandes imperios hasta el comienzo de la pequeña edad de hielo. La coincidencia de grandes catástrofes climáticas en el surgimiento de las grandes religiones, la expansión de vikingos, almohades, almorávides, mongoles, etc. Pero también la Paz de Westfalia, el inicio de la revolución francesa o la imposibilidad de invadir Rusia, pueden encontrar su justificación climática. En definitiva, es demostrable cómo el clima ha configurado la historia del hombre, su expansión, asentamiento, crecimiento y en definitiva las condiciones de su bienestar. Todo ello tiene evidentes implicaciones económicas definitivas que es posible valorar a través del repaso de la historia del clima en su impacto con el hombre.

Queda pues abierta una pregunta que cabría formular de la siguiente manera. Es patente que el clima es capaz de influir en la historia del hombre, pero; ¿Puede afirmarse que el hombre puede cambiar la historia del clima?

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