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Gobierno y participación 3.0. Nuevo panorama político

Los acontecimientos vividos los últimos meses tanto en España, el movimiento 15-M, o en las Revoluciones de Túnez y Egipto, nos están haciendo reflexionar seriamente sobre el verdadero papel del ciudadano en la sociedad a nuestros gobernantes. Las circunstancias actuales hacen latente que necesitamos de cambios en el sistema que ayuden a otorgar mayor participación y colaboración por parte de una sociedad, y sobre todo a una "juventud" que se encuentra desmotivada por la realidad que está viviendo -paro, crisis económica, falta de recursos, etcétera-.

Debemos dar los pasos necesarios para poder transmitir de un modo correcto a los sectores del futuro -los jóvenes- las oportunidades que esta coyuntura nos presenta. Para poder aportar mejores actitudes, es necesario y fundamental aprovechar las herramientas y otorgar el contenido necesario para motivar a nuestra sociedad.

En el momento en el que los gobernantes adquieran la correcta conciencia de que el "antiguo" cuarto poder -los medios de comunicación- ya no pueden estar "controlados", esto provocará una revolución en los cimientos del sistema democrático que deberá tener buena consideración en las redes sociales, blogs etcétera.

Las tendencias que nos brindan las nuevas tecnologías se resumen en determinados aspectos que se incrementan de un modo viral en este nuevo "modus vivendi":

  • Redes Sociales: Todavía hay gente que se empeña en "no tener Facebook". Recordemos un síntoma parecido con la socialización de la telefonía móvil -que apenas está presente en nuestra sociedad desde hace 20 años- pero que, a día de hoy en España, se traduce en más líneas que habitantes -aproximadamente 51 millones de líneas frente a 47 millones de habitantes-. Recuerdo que había gente que decía "yo no quiero estar siempre localizado"... La realidad nos demuestra que no por ello no debemos de estarlo cuando no es necesario. Pues bien, el proceso de presencia en redes sociales será parejo, aunque mucho más rápido. Ya nos estamos dando cuenta de que el que no está en FaceBook o en Tweeter es "el último en enterarse", bien de un evento de sus amigos o familiares cercanos, o bien de un suceso ocurrido en la otra parte del planeta.
  • Móviles & Smartphones: Cualquier joven, y no tan joven ya,  no sólo tiene un teléfono para hablar, sino para comunicar, interactuar y participar en comunidades: en definitiva crear o seguir tendencias. Cada vez son más las aplicaciones que nos permiten  expresarnos en cualquier foro, conocer sobre cualquier tema y opinar al efecto en todo lugar.
  • E-Inteligence: Internet es una enorme biblioteca de la que podemos extraer "cualquier información", sobre lo que queramos y en cualquier momento. Sin embargo, no debemos olvidar que lo importante es, primero, saber determinar cuál es el índice que debemos seguir y las fuentes que tenemos que seleccionar, para poder, en segundo término, optar a tener una información lo más objetiva posible que nos ayude a conocer la realidad y poder, en tercer lugar, decidir y elegir por ello más libremente.

 

El ejercicio que llevamos a cabo, desde procesar toda la información recibida a discernir seleccionando la opción más correcta,  sigue siendo la tarea más esencial de todo el proceso; y en esta fase, no interviene más que nuestra mente.

 

A modo de ejemplo, y en el entorno de estos tres factores, nos podemos preguntar si es posible una democracia directa:

1º Tenemos los medios necesarios

2º Podemos optar a tener la información y el conocimiento necesarios

3º Podemos decidir y elegir en mayor libertad -sin "filtros", léase, medios de comunicación de un color u otro-.

La respuesta es aparentemente obvia pero, ¿a quién beneficia esta situación? o dicho mejor de otro modo ¿a quién perjudicaría? Independientemente de los que aparentemente ostentan el poder, bien los gobernantes, bien los medios de comunicación o bien, los poderes clusters o stakeholders económicos (léase Bildeberg´s etc), en estos momentos la sociedad puede realmente informar, ser informada y decidir.

En definitiva, una democracia directa verdaderamente participativa se nos hace posible, y no hablamos ya de una realidad 2.0 sino de la realidad 3.0 que aúna, comunicación y conocimiento. En definitiva "e-intelligence" no apto para los "antiguos" poderes políticos que de facto, están adquiriendo esta consciencia y empezando a emplearse a fondo en ella. La próxima campaña electoral del 20N será buena muestra de ello.

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