•   
XIIIedicionKS

  •   

La motivación adolescente en la encrucijada (I)

[b]El Gran Teatro del Mundo[/b]. ¿Qué mejor manera de definir a la adolescencia? Entre los 10-19 años (23 si englobamos la etapa de la adolescencia tardía), el adolescente recibe del mundo su particular [b]“método Stanislavski”[/b] y aunque sólo lo lee entre líneas, se lanza sin temor a las tablas, donde se siente el rey. Descubre el placer y el disfrute de representar diferentes roles, dada su facilidad para cambiar continuamente de registro. Goza de las mieles del éxito que le aportan los aplausos y desea que ese momento no acabe nunca. Sufre cuando siente la injusticia de representar un papel secundario. Se hunde al verse rechazado en el casting o al sentir los silencios y pitidos del público. En su particular método, no existe una línea divisoria entre la realidad y la ficción, porque no se atisban obstáculos en el camino -aunque el método sí los menciona en su letra pequeña-. [b]Vivir el presente y sentir al máximo[/b] es el lema, ese que fácilmente olvidamos al dejar atrás la etapa de la adolescencia.

Sueños, ilusiones, decepciones, caídas…, todo tipo de situaciones y estrategias de superación, incluso las más visionarias, aparecen relatadas en ese particular “método Stanislavski”, pero la cuestión verdaderamente importante es si los instructores del mismo (padres, educadores) conocen bien, tanto su contenido como a los propios actores y si saben impartir eficazmente sus lecciones para que todos, ocupen el lugar que ocupen en la obra, sientan, tomen conciencia, disfruten y aprendan con cada representación, en suma, saber motivarles para levantar día tras día el telón.

Probablemente, ninguna etapa ha estado rodeada de tantos mitos como la de la adolescencia: de la nobleza a la apatía, del altruismo a la insolidaridad, de la rebeldía a la delincuencia..., sin embargo, ninguno de ellos caracteriza en esencia a los adolescentes, ni tan siquiera a los del siglo XXI.

Abordar con eficacia la realidad adolescente, etapa vital en la que el ser humano “nace a la sociedad” (1) buscando incansablemente el papel que quiere desempeñar, es mirarla con los ojos de la integralidad, del todo, porque no se trata sólo de un mero producto adolescente, sino también del producto de sus adultos (2). La adolescencia es una “etapa que importa” (3), una etapa que debiera ilustrar cuánto aprenden los jóvenes y cuánto les motivan, como ejemplo y referente, las personas que les rodean, como bien diría un proverbio swahili “Un hijo será lo que se le ha enseñado”.

Lecciones aprendidas y adultos referenciales, han sido siempre los compañeros de viaje de los adolescentes a lo largo de la historia y, por ende, sus principales motores motivacionales. Gracias al desbordante talento y creatividad que desplegaron en esa etapa muchos de ellos, hoy podemos seguir enriqueciéndonos y disfrutando de sus genialidades y sus obras, porque “talento y originalidad son aspectos siempre propios de la juventud, y el ser humano creativo es irremediablemente juvenil” (4): “Alejandro Magno, a los 20 años, ya era rey de Macedonia, y a los 27 había conquistado todo el mundo civilizado; Miguel Ángel, a los 17 años, había esculpido La Batalla de Centauros y La Piedad; Blaise Pascal, a los 16 años, ya había escrito un libro sobre geometría e inventó la máquina de sumar a los 19; James Watt tuvo la idea de su máquina de vapor a los 25 años; Ludwig van Beethoven, a los 13 años, escribió sus primeras composiciones y sus famosos cuartetos a los 15 años; Michael Faraday inventó el motor eléctrico a los 21 años; Samuel Colt, a los 17, realizó su primer modelo de revólver en metal; Alexandre Graham Bell concibió a los 22 años la idea de un teléfono sin hilos; Thomas Alva Edison inventó a los 17 años el telégrafo; Charles Martin Hall fue el primer hombre que, a sus 23 años, obtuvo aluminio por electrólisis; los hermanos Wright, Wilbur y Orville iniciaron a los 20 años sus estudios sobre el avión a motor; Albert Einstein desarrolló a los 26 años su teoría de la relatividad.  

En la larga travesía de la adolescencia, los adultos, cada uno en su correspondiente área de competencias, deberíamos adoptar el rol de Coach, acompañándoles, guiándoles, enseñándoles el significado de cada uno de los vericuetos del camino y compartiendo con ellos el descubrimiento de sus talentos, de sus capacidades y de su brillo. Todos y cada uno de los adolescentes tienen algo especial en lo que brillar y esa tarea nos atañe a todos, es responsabilidad de todos, porque “así nuestra vida se facilita, se “descomplica” y se enriquece, estamos conectados indefectiblemente con los talentos de millones y millones de personas, las de hoy y las de ayer” (5).

La adolescencia es ante todo una etapa para descubrir y explorar; los adolescentes no saben realmente lo que son, ni tampoco en lo que pueden llegar a convertirse, de ahí que oscilen simultánea y velozmente entre “dos Mundos: El querer Ser y el querer llegar a Ser”.

Llegados a este punto, cobran todo su significado las palabras de Platón “el fin de la educación es enseñar a desear lo deseable, es decir, educar la motivación” y, las palabras de Rousseau: “Despertad en el niño el deseo de saber, y ya no tendréis que preocuparos de nada más”. José Antonio Marina nos da la clave en su libro “LA EDUCACIÓN DEL TALENTO”; ante la pregunta, “¿se pueden enseñar los deseos?”, el autor es firme: “para abordar la motivación no debemos fijarnos en nuestros alumnos, sino en nosotros mismos” (6).

¿QUIÉNES SON LOS ADOLESCENTES?


Desde un punto de vista estrictamente demográfico, la sociedad adolescente española se impregna de una diversidad y multiculturalidad sin precedentes, con claro reflejo en las aulas, desde el año 2000 hasta el año 2009, con motivo de entrada en nuestro país de importantes contingentes de adolescentes inmigrantes, acompañados por sus familias. Sin embargo, es a partir del año 2009 cuando tiene lugar una auténtica inflexión demográfica, al disminuir considerablemente el número de adolescentes inmigrantes, a causa la deteriorada situación económica por la que atraviesa nuestro país, que conlleva una escasa entrada de nuevos adolescentes y el regreso de muchas familias inmigrantes a sus países de origen. En términos globales, la población adolescente española actual, generación nacida de los baby-boomers españoles, la generación "X" -nacidos entre 1958-1977, que según el CSIC registró más de 650.000 nacimientos anuales-, es la menos numerosa de la reciente historia española, nacida entre 1980 y 2000 y, aunque se produjo un repunte a partir de 1997, éste finalmente fue descabezado en 2009 (7).

Hoy, más que nunca, es necesario observar a la adolescencia, a la generación "Y" (8) desde una perspectiva integral, porque los adolescentes de hoy forman parte de una realidad diversa y multicultural. Los adolescentes constituyen un sector poblacional decisivo en nuestra sociedad, una sociedad cambiante -en ocasiones demasiado rápido para las generaciones adultas-, con motivo de los efectos que produce, en general, la globalización, y más concretamente los avances experimentados en materia de salud, tecnología,  información o educación.

Vivimos inmersos en un continuo proceso de toma de conciencia de profundos cambios estructurales, conceptuales, de valores, de actitudes y de comportamientos, como bien explica Zygmunt Bauman en su obra Tiempos Líquidos (9), que hemos de gestionar eficazmente para educar a los adolescentes en el cambio positivo, en aras de ayudarles y acompañarles en sus nuevos retos, con los recursos y herramientas necesarias, porque lo que dispongamos para incorporar en la sociedad a las nuevas generaciones de adolescentes tendrán reflejo en sus identidades y comportamientos.

Más específicamente, Manuel Martín Serrano (10) hace referencia al hecho de que “los modos de estar en la adolescencia”, -“posiciones y funciones que en cada época se les asignan a los miembros más jóvenes en el entramado social”-, influyen y afectan a los “modos adolescentes de ser”, -“características distintivas de cada nueva generación vinculadas con los cambios históricos de las sociedades”-. De ahí que la adolescencia sea “la etapa de la vida en la que con más claridad se perciben y más daño hacen las incongruencias que hay entre lo que en el entorno se predica y lo que en la realidad sucede”, hecho que lleva a afirmar que “todas las cohortes adolescentes, sin excepción, están inadaptadas en sus sociedades”, dado que “la mayoría de los hijos/as, desde la adolescencia y hasta los veintitrés años -y aún más tarde- viven al mismo tiempo en dos mundos: el juvenil y el adultoy en cada uno de esos mundos “se relacionan con actores distintos; rigen diferentes actividades, ritmos, normas, e incluso valores; y no siempre coinciden ni las identidades que se tienen, ni las evaluaciones que se reciben”. Esos dos Mundos, el mundo juvenil y adulto, el mundo del querer Ser y el querer llegar a Ser, son los Mundos de los adolescentes de hoy. “El mundo juvenil y el adulto están separados, pero no se enfrentan. Por eso se pasa tan fácilmente del uno al otro. Por lo general alcanzan a manejar la disociación entre ambos mundos, transitando del uno al otro con soltura. Si bien se piensa, esa separación es una conducta racional, cuando las personas jóvenes todavía no tienen oportunidad de integrar su ser y su llegar a ser”:

 

Cuando exponíamos anteriormente que la adolescencia no es sólo un mero producto adolescente, sino también el producto de sus adultos, y que los “modos de estar en la adolescencia” influyen y afectan a los ‘modos adolescentes de ser’, estábamos reafirmando el hecho (11) de que “la adolescencia la conforman otras miradas (…) cómo son vistos, interpretados y vividos, por las personas adultas”, por tanto, “podríamos decir que no existe problema adolescente sino problemas de los adultos con sus adolescentes”, porque cada persona, distinta por naturaleza, tanto en el entorno familiar como escolar o social, implica “descubrir distintas formas, en diferentes momentos, algunas cuestiones vitales” para los adolescentes relativas a su identidad, su personalidad, sus valores, sus preocupaciones, sus inseguridades o las interpretaciones de su mundo, todas las cuales influirán en la manera en que las gestionarán y, por ende, en su propia evolución de adolescentes a adultos.  De todo ello resultan diversas formas de expresar, de ser y de vivir la adolescencia, de ahí la importancia de saber escuchar y de encontrar formas activas de escucha para conocer los argumentos vitales que están detrás de los comportamientos adolescentes, con objeto de estimularles y motivarles, en suma, hemos de “construir la comprensión del adolescente como comprensión educativa -diferente de la tolerancia general e impunidad-: saber cómo viven sus adolescencias, sus sentidos, sus contradicciones para relacionarse e influir adecuadamente”, dado que como afirma Maffesoli (12) “el espacio crea el engarce” ya que los adolescentes “se socializan, más por experimentación que por asunción crítica de proyectos heredados por los agentes tradicionales de socialización (familia, escuela, partidos políticos, Iglesia católica, etc.)”. No trabajar en esa dirección nos llevaría a lo que Javier Elzo (13) denomina “El silencio de los adolescentes”, porque “muchos de los silencios de los adolescentes responden a que no encuentran, el modo y el espacio para expresarse, para comunicarse” con los adultos y en ocasiones con otros adolescentes. Sus fortalezas y debilidades, sus ventajas y sus riesgos se condensan en el hecho ser la generación más autónoma y estar dotada del horizonte menos predeterminado y al tiempo más abierto.

En el proceso de motivación adolescente, el doctor Fonseca (14) considera que la generación "X" se enfrenta al reto de aprender a negociar con la de la generación "Y", es decir, “reconocer que ante nosotros tenemos una generación con más conocimientos”, por cuanto que se trata de jóvenes que han desarrollado más el hemisferio derecho del cerebro, más concentrado en lo creativo, mientras que la generación "X" ha sido educada en el desarrollo del hemisferio izquierdo del cerebro, más concentrado en la lógica. De ahí la necesidad de utilizar estrategias que vayan dirigidas a estimular el hemisferio derecho, como condición sine qua non para que utilicen también el lado izquierdo del cerebro, en suma, hay que hablarles en el lenguaje que ellos entienden. El doctor Fonseca ilustra este método con un ejemplo: “En vez de tratar de enseñar a sacar por cientos mediante el método típico utilizado en las escuelas (…) una forma de hacerlo es darles una asignación bien práctica y estimulante: deben mirar esa noche por televisión el partido de baloncesto de la NBA. Entonces, se les pide que anoten en un papel la cantidad de veces que un equipo fue a la línea de tiro libre a tirar el balón, y contabilizar cuántas veces los jugadores encestaron y cuántas veces fallaron. Mediante ese ejercicio, comenzamos a estimular el lado derecho del cerebro. Luego, cuando lleguen al día siguiente al salón de clase, estamos listos para trabajar con el lado izquierdo, porque han sido motivados. Le pedimos que saquen por cientos a base de los resultados reales del partido de baloncesto. El resultado es sorprendente. El salón de clases se debe convertir en un X-Box, un Nintendo, un MTV".

Hablarles en su lenguaje, implica conocer qué tipo de lenguaje utilizan los adolescentes. Marc Prensky (15) denominó a estas generaciones nativos digitales, frente a los inmigrantes digitales, que se caracterizan por los siguientes aspectos:

  • Nativos digitales: Han adoptado un código impenetrable, la ortografía. Utilizan los blogs para compartir emociones. Comparten y distribuyen la información que reciben porque han asumido la premisa de que compartir el conocimiento es poder, pasan a convertirse en un nodo valorado para la red, mientras que hacer los contrario supone perder valor, competitividad, empleabilidad, probabilidad de sobrevivir; El conocimiento y aprendizaje se sustenta en la colaboración, base del movimiento social colaborativo Web 2.0; El mundo digital es el que ha redefinido los conceptos como autoridad, confianza, pertenencia, identidad o privacidad.
  • Nativos Inmigrantes: Utilizan los blogs para compartir conocimientos; Guardan en secreto la información porque conciben que el conocimiento es poder.


Se han realizado varios estudios (16), en aras de establecer una tipología de los adolescentes, entre los que figuran: Libredisfrutadores, Incívicos o Desadaptados, Integrados o Normativos, Alternativos, Retraídos, Altruistas-comprometidos, Institucionales ilustrados… Tomando en consideración esas tipologías y otros estudios relativos a la adolescencia (17), podemos señalar algunas de las características más generales que definen a los adolescentes de hoy:

  • Continuamente comparan lo posible, dada su imaginación desbordante, con lo real, donde descubren multitud de defectos que les hace ser críticos, en ocasiones con un espíritu de crítica exacerbado, y conflictivos ante los adultos.
  • Saben que pueden cambiar el mundo, hacerlo mejor, pero son demasiado confiados al considerar que están suficientemente preparados para acometerlo.
  • Tienen mejores equipamientos materiales y más posibilidades de estudiar.
  • Son presentistas, dan más valor a lo próximo, lo cercano, lo local, la pequeña historia.
  • Saben que forman parte del sistema, pero se sienten aparcados e ignorados. Es el “sistema” virtual el que realmente les hace ser ‘ciudadanos del mundo’, proporcionándoles feedback y todo tipo de valoraciones a sus actuaciones.
  • Son apolíticos.
  • Se implican a distancia, de los grandes problemas y causas del sistema.
  • Son tantos los violentos como los violentados en lugares de ocio-diversión, familia o escuela.
  • Muestran una escasa articulación entre los valores finalistas (libertad, solidaridad, apertura de espíritu…) y los instrumentales (responsabilidad, compromiso, participación, abnegación, el trabajo bien hecho, el esfuerzo…), lo que les provoca contradicciones.
  • Son cada vez menos religiosos.

 

Notas


(1)  Junta de Andalucía. Consejería de Educación y Ciencia. LA ACCIÓN TUTORIAL. 1998
(2)  Funes Artiaga, Jaume. PROPUESTAS PARA OBSERVAR Y COMPRENDER EL MUNDO DE LOS ADOLESCENTES. O DE CÓMO MIRARLOS SIN      CONVERTIRLOS EN UN PROBLEMA. CONGRESO: SER ADOLESCENTE HOY. 2005. Fundación de Ayuda a la Drogadicción
(3)  UNICEF. ADOLESCENCIA. 2002
(4) ONG, "La Página de la Vida". MITOS, IDEALES Y REALIDAD DE LA ADOLESCENCIA
(5)  Alberca, Fernando. EL TALENTO QUE HOY NO SE VE PUEDE BRILLAR. 20 diciembre 2012. Artículo basado en su libro “Todos los Niños pueden ser Einstein”.
(6)  Marina, Jose Antonio. LA MOTIVACIÓN. 14 Junio 2011. Web: LA NUEVA FRONTERA
(7)  Miret, Pau. ; Cabré, Anna y Flaquer, Lluís LA DEMOGRAFÍA DEL ADOLESCENTE Y SUS POSIBLES CONSECUENCIAS. EL ADOLESCENTE Y SU ENTORNO EN EL SIGLO XXI. 2011. FAROS Sant Joan de Déu-Observatorio de Salud de la Infancia y la Adolescencia
(8)  Fonseca, Julio A. CONOCIENDO LA GENERACIÓN "Y" Y SU ESTILO DE APRENDIZAJE. 9ª Conferencia Anual del College Board (“Enseñanza efectiva, aprendizaje efectivo: múltiples perspectivas”. Diciembre 2003.
(9) Roca, Genís. CAMBIOS TECNOLÓGICOS Y MEDIA EN LA ADOLESCENCIA. EL ADOLESCENTE Y SU ENTORNO EN EL SIGLO XXI. 2011. FAROS Sant Joan de Déu-Observatorio de Salud de la Infancia y la Adolescencia
(10)  Martín Serrano, Manuel. ADOLESCENCIA PRODUCIDA Y ADOLESCENCIA VIVIDA. LAS CONTRADICCIONES DE LA SOCIALIZACIÓN. CONGRESO: SER ADOLESCENTE HOY. 2005. Fundación de Ayuda a la Drogadicción
(11)  Funes Artiaga, Jaume. PROPUESTAS PARA OBSERVAR Y COMPRENDER EL MUNDO DE LOS ADOLESCENTES. O DE CÓMO MIRARLOS SIN CONVERTIRLOS EN UN PROBLEMA. CONGRESO: SER ADOLESCENTE HOY. 2005. Fundación de Ayuda a la Drogadicción
(12) Elzo Imaz, Javier. EL GRITO DE LOS ADOLESCENTES. CONGRESO: SER ADOLESCENTE HOY. 2005. Fundación de Ayuda a la Drogadicción
(13)  Calderón Cabezas, Francisca. EL SILENCIO DE LOS ADOLESCENTES: LO QUE NO CUENTAN A SUS PADRES. 2003
(14)  Fonseca, Julio A. CONOCIENDO LA GENERACIÓN "Y" Y SU ESTILO DE APRENDIZAJE. 9ª Conferencia Anual del College Board (“Enseñanza efectiva, aprendizaje efectivo: múltiples perspectivas”. Diciembre 2003
(15) Roca, Genís. CAMBIOS TECNOLÓGICOS Y MEDIA EN LA ADOLESCENCIA. EL ADOLESCENTE Y SU ENTORNO EN EL SIGLO XXI. 2011. FAROS Sant Joan de Déu-Observatorio de Salud de la Infancia y la Adolescencia
(16)   Elzo Imaz, Javier. ESTILOS DE VIDA Y VALORES ACTUALES EN LA JUVENTUD. EL ADOLESCENTE Y SU ENTORNO EN EL SIGLO XXI. 2011. FAROS Sant Joan de Déu-Observatorio de Salud de la Infancia y la Adolescencia
(17)Calderón Cabezas, Francisca. EL SILENCIO DE LOS ADOLESCENTES: LO QUE NO CUENTAN A SUS PADRES. 2003
Calderón Cabezas, Francisca. EL SILENCIO DE LOS ADOLESCENTES: LO QUE NO CUENTAN A SUS PADRES. 2003
Menéndez Benavente , Isabel . COMO MOTIVAR A LOS ADOLESCENTES.  Marzo 2012
Maciques,  Elaime. LA ADOLESCENCIA Y EL SÍNDROME DE ASPERGER (SA). 18 febrero 2013






Adjunto
0.0/5 rating (0 votes)

Leave a comment

You are commenting as guest.